En oposición a las políticas migratorias de Joe Biden, algunos estados republicanos han enviado migrantes a bastiones demócratas y liberales, incluyendo, recientemente, a Martha’s Vineyard y a la residencia de la vicepresidenta, Kamala Harris. Los migrantes de diferentes nacionalidades, incluidos colombianos y venezolanos, han quedado en medio de la disputa entre las principales fuerzas políticas estadounidenses.

Si bien ya se han enviado migrantes en buses hacia Nueva York, Chicago y Washington D.C., Florida fue el que mandó recientemente a cincuenta de ellos hacia la isla ubicada en Massachusetts y Texas fue el que envió por tierra a más de cien migrantes con destino a la residencia de Harris.

Un aterrizaje inesperado en Martha’s Vineyard

Según lo declaró el senador demócrata por Massachusetts, Julian Cyr, el grupo de migrantes, que incluía niños, llegó en dos aviones alrededor de las 3:00 p. m. del jueves 15 de septiembre, sin ningún aviso.

Sin tener mucha información, a los recién llegados se les realizaron pruebas Covid-19, así como recibieron alimento y comida. Se sabía que, según comentaron, ellos empezaron su día en San Antonio y fue la oficina del gobernador de Florida la que asumió la responsabilidad de transportarlos hacia Massachusetts, informó The New York Times.

Taryn M. Fenske, directora de comunicaciones del gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que los dos vuelos formaron parte de un programa estatal para transportar a migrantes indocumentados a los llamados destinos santuario, idea que le implicó a la Legislatura de Florida reservar US$12 millones.

“Estados como Massachusetts, Nueva York y California facilitarán mejor la atención de estos individuos a los que han invitado a entrar en nuestro país, al incentivar la inmigración ilegal a través de su designación como ‘estados santuarios’ y el apoyo a las políticas de fronteras abiertas del gobierno Biden”, agregó Fenske en un comunicado.

Terry MacCormack, secretario de prensa del gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, dijo que la administración estaba en comunicación con los funcionarios locales de la isla, que estaban proporcionando “servicios de refugio a corto plazo” a los migrantes. De acuerdo con el representante estatal Dylan Fernandes, la mayoría de quienes aterrizaron en la isla eran venezolanos.

Parece que Martha’s Vineyard no cuenta con la infraestructura para hacerle frente a esta situación, pues, a pesar de ser conocida como el destino de verano de los ricos y poderosos, pues Barack Obama y John Kerry tienen casas allí, la isla se enfrenta a una escasez de viviendas asequibles, ya que el precio medio ronda el millón de dólares. Además, los migrantes llegaron justo al final de la temporada de verano, cuando el trabajo estacional ya terminó, se lee en el diario estadounidense.

La “estrategia de transporte en autobús” de Texas ha movilizado a más de 10.000 migrantes

El gobernador de Texas, Greg Abbott, aseguró que su estado envió intencionalmente dos buses de migrantes a la residencia de la vicepresidenta, Kamala Harris, el 15 de septiembre. Ella “afirma que nuestra frontera es ‘segura’ y niega la crisis”, tuiteó el funcionario. “Estamos enviando inmigrantes a su patio trasero para pedir a la administración de Biden que haga su trabajo y asegure la frontera”, agregó.

Según la oficina del gobernador, los migrantes transportados a la capital estadounidense eran más de cien y sus nacionales de origen incluían a Colombia, Cuba, Guyana, Nicaragua y Panamá. Según estimaciones de los voluntarios que llegaron a ofrecer ayuda a los recién llegados, entre el 70 % y el 80 % eran venezolanos. Se sabe que algunos de ellos intentan llegar a otras partes de Estados Unidos, como Nueva York y Chicago.

Ahora bien, Texas y Arizona ya han enviado a miles de migrantes a Washington. La semana pasada, por ejemplo, la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, declaró una emergencia de salud pública por los movimientos de los dos estados, en un intento por lograr movilizar más recursos. De acuerdo con información de CNN, la funcionaria también anunció una nueva oficina gubernamental que proporcionaría las necesidades básicas a los migrantes que lleguen, incluyendo comidas, transporte, atención médica urgente y transporte para conectar a las personas con los servicios de reasentamiento.

Abbott advirtió el jueves pasado que no va a dar marcha atrás en su plan. “Texas seguirá enviando inmigrantes a ciudades santuario, como Washington”, hasta que Biden y Harris “den un paso al frente y hagan su trabajo para asegurar la frontera”, escribió en un comunicado, el cual también aclara que la “estrategia de transporte en autobús” de Texas ha enviado a más de 10.000 migrantes a Washington, Nueva York y Chicago.