El Ministerio de Interior británico anunció este viernes que investigará un nuevo gran caso de pederastia ocurrido en el centro de Telford, en el que unas 1.000 niñas habrían sido objeto de abusos sexuales durante casi 40 años.

Antes del anuncio del ministro, la noticia de la banda conformada por ciudadanos pakistaníes que drogaba a las menores para maltratarlas y violarlas salió a la luz gracias a un informe del Daily Mirror. Según la investigación de este medio, tres personas fueron asesinadas y otras dos murieron en tragedias relacionadas con el caso, lo que deja todavía más dudas sobre la eficiencia de las autoridades locales.

Una chica de 14 años explicó al periódico que fue captada con engaños y que sufrió innumerables abusos después de que su número de celular fuera vendido a unos pederastas.»Odiaba lo que ocurría y quienes abusaban de mí me daban asco, pero me dijeron que, si le decía una palabra a alguien, vendrían a buscar a mi hermana pequeña y le dirían a mi madre que era una prostituta», narró.

«Noche tras noche, me obligaron a mantener relaciones sexuales con varios hombres en restaurantes asquerosos de comida de rápida y en casas sucias. Me quedé embarazada dos veces y aborté. Horas después de mi segundo aborto, uno de mis abusadores me llevó y fui violada por más hombres», agregó la víctima.

La primera ministra Theresa May dijo en el Parlamento el miércoles que este «horroroso» caso ha «impactado a todo el mundo».

Según las autoridades inglesas, la nueva pesquisa busca exponer «lo que se hizo mal y aprender las lecciones de cara al futuro, que incluye crear mejores respuestas institucionales a la explotación sexual infantil por redes organizadas», dijo una fuente del Ministerio a la AFP.

«Fue un caso verdaderamente terrible en el que algunas de las personas más vulnerables de nuestra sociedad se convirtieron en presas de unos criminales despiadados», añadió la portavoz del gobierno británico mientras se conocen más detalles sobre los hechos, como que algunas niñas del grupo de niñas víctimas de la red de tráfico apenas alcanzaban los 11 años.

La magnitud de los hechos, en una ciudad de apenas 170.000 habitantes, no es lo único que ha causado polémica. El Mirror reveló que entre las autoridades predominaba la idea de que las niñas eran «prostitutas», y se abstuvieron de investigar a los responsables, procedentes del sur de Asia, para evitar acusaciones de “racismo”.

El caso recuerda a los de las ciudades de Rotherham, Rochdale, y otras nueve localidades en las que han habido detenciones de grupos de hombres que trabajaban para abusar de niñas vulnerables.