Las cuarentenas preventivas han forzado a tiendas alrededor del mundo a cerrar de forma temporal, obligando a las marcas a cancelar grandes volúmenes de órdenes y generando consecuencias devastadoras para trabajadores del sector moda.

En mayo, más de un millón de personas en Bangladesh fueron despedidas debido a que el país perdió alrededor de $355 millones de dólares en exportaciones de vestuario.

Clean Clothes Campaing (CCC), ha denunciado despidos masivos con negación a indemnizaciones y salarios por horas laboradas, o, en algunos casos, pagando un porcentaje mínimo de los salarios, como consecuencia a la negativa de las grandes marcas a pagar por órdenes producidas. A la fecha, las empresas de moda adeudan mercancía valorada en $16 mil millones de dólares, según un estudio del Center for Global Workers’ Rights (CGWR) y el Worker Rights Consortium (WRC).

“En la crisis del COVID-19, el torcido sistema de pago adoptado por las marcas occidentales para proteger su posición financiera es, en esencia, un robo a los proveedores en los países en desarrollo” opina Scott Nova, director del WRC. Kohl’s, cadena de almacenes por departamentos en Estados Unidos, canceló de forma retroactiva más de $150 millones de dólares en órdenes. La compañía notificó a los proveedores su intención de no pago, pero entregó $109 millones de dólares en dividendos a sus accionistas.

El profesor Mark Anner, director de CGWR, comenta que mientras la posición económica en la cima de la cadena de suministro les da el poder de incumplir con los pagos a proveedores, las empresas tienen el deber moral de proteger el bienestar de los trabajadores en la base de la cadena de suministro.

Detrás del negocio de la moda

Sir Philip Green, propietario de Arcadia (Topshop) del Reino Unido, se ha negado a pagar millones de dólares por productos ordenados previos a la pandemia, haciendo caso omiso a las suplicas de sus proveedores, denuncia realizada por Open Democracy. Un confeccionista en Bangladesh comentó que su empresa está al borde de la quiebra dejando a más de 2.000 trabajadores desempleados como consecuencia a la negativa de pago de Arcadia. Otras empresas, como la también británica Debenhams, ha exigido un descuento retroactivo hasta del 90% por órdenes previas a la pandemia.

Un estudio publicado en el Journal of Public Health afirma que los efectos generados por la pandemia en los trabajadores del Sistema Moda, como la salud, las dificultades financieras, la incapacidad de pagar los alimentos y la falta de oportunidades laborales traerán a futuro graves consecuencias. En Bangladesh, unos padres trabajadores de una fábrica de confección se vieron forzados a vender a su bebe recién nacido al no poder pagar una cuenta por $295 dólares al ambos perder su trabajo, donde en el mejor escenario, ganaban TK8,000 (unos U$96 correspondiente al salario mínimo legal). Las dificultades de los trabajadores más vulnerables durante la pandemia van más allá de un tema económico, pues los innumerables casos de violaciones sexuales y suicidios adicionales a las infecciones y muertes por causa del COVID-19, muestran la gravedad del problema.

Angelica Manole, una de 400.000 trabajadoras del Sistema Moda (el 90% son mujeres) en Rumania, hizo público un injustificado recorte salarial, obteniendo solo un 10-15% del salario legal. Manole ha recibido mensajes intimidantes y amenazas de no volver a encontrar trabajo, luego de haber sido despedida de Tanex, confeccionista para Ted Baker y Lancôme, entre otras, como retaliación a su denuncia. La empresa justificó su decisión de recorte salarial argumentando menos horas laboradas, pero Manole logró demostrar en la corte lo contrario.

Ted Baker, al igual a otras marcas, logró que los trabajares empleados por Tanex recibieran sus salarios, incluyendo quienes habían sido despedidos sin pago ni indemnización.

Pero no solo son los adultos los afectados. La industria emplea de forma ilegal trabajo infantil, y, según la CCC, la situación actual podría terminar en más niños explotados en labores peligrosas y en sectores no formales.

Es momento de #PayYourWorkers

Business and Human Rights Resource Center señala que marcas como H&M e Inditex (Zara) han acordado pagar por órdenes confeccionadas, pero hasta la fecha no hay registros de que ambas marcas hubiesen pagado dichas deudas. En abril, la Garment Manufacturers Association de Cambodia, pidió a los compradores cumplir con sus contratos para proteger a más de 750.000 trabajadores en la industria.

CCC lidera la campaña #PayYourWorkers, con el fin de visibilizar la violación de derechos laborales por parte de las empresas del sector moda. Adicional a estas exigencias, la organización pide una cadena de suministro transparente “para evitar una situación donde todo el mundo en la cadena de suministro tiene responsabilidad, pero en la práctica, nadie la asume” comentó Christie Miedema, de CCC. El objetivo es evitar que los trabajadores sean quienes asuman las deudas de las multinacionales.

CGWR y WRC han denunciado a compañías como American Eagle Outfitters quien impuso un descuento del 20% retroactivo sobre algunos productos, argumentando el pronto pago de facturas previstas para 60 días. Urban Outfitters es otra empresa con poco interés en lograr un acuerdo de pago y, según Drapers, la compañía exige además un descuento del 30% por productos confeccionados y continua en la búsqueda de vacíos legales para evadir pagos. El grupo URBN solicitó un préstamo por $220 millones de dólares para preservar sus reservas de efectivo, pero no, con la intensión de asumir las deudas con proveedores. Marcas como Balmain, Esprit, JC Penney, Oscar de la Renta, Walmart y Sears, también se encuentran en la lista de negativa de pago a proveedores.

Hasta el momento, no existe involucramiento gubernamental para lograr acuerdos de pago entre las compañías de moda y los proveedores. Al parecer, fue Mahatma Ghandi quien dijo “no hay una verdadera belleza en las prendas más finas si estas generan hambre e infelicidad”.

*Diseñadora, periodista y magíster en Ciencia Política