El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exrival en las urnas Benny Gantz anunciaron este lunes la formación de un gobierno de emergencia para poner fin a la crisis política más larga de la historia de Israel en plena pandemia de COVID-19.

Netanyahu, de 70 años, y Gantz, de 60, se reunieron poco antes del inicio del Yom Hashoah, el «día del Holocausto» que se realiza desde la puesta del sol del lunes a la caída de la noche del martes en Israel.

Estas reuniones tenían como objetivo sellar la unión entre los dos rivales electorales tras numerosos intentos frustrados. 

«Un acuerdo para la formación de un gobierno nacional de emergencia ha sido firmado» por Netanyahu, jefe del Likud, y Gantz, el dirigente del partido Azul y Blanco, informaron ambas formaciones en un comunicado.

Al término de las elecciones legislativas del 2 de marzo, las terceras en menos de un año, que debían decantarse por uno de los dos aspirantes, el presidente Reuven Rivlin encargó la formación de un gobierno a Gantz.

En plena pandemia del nuevo coronavirus, Gantz sorprendió a propios y extraños al abrir la puerta a un gobierno de «unidad y emergencia» con Benjamin Netanyahu acusado de corrupción en una serie de casos, dejando de lado a su promesa de no compartir el poder con el primer ministro saliente, mientras este no resolviera sus problemas con la justicia.

La esperanza de un acuerdo de gobierno parecía vislumbrarse para numerosos israelíes, aunque otros reprocharon a Gantz, antiguo jefe del estado mayor del ejército, de haber dado un vuelco a su posición.

Pero la semana pasada, el mandato de Gantz expiró y el presidente israelí encargó a la Knesset, el parlamento, que propusiera en menos de tres semanas a otra persona para tratar de formar gobierno.

Mientras tanto, los campos de Gantz y Netanyahu, que disponen juntos de una mayoría de escaños en el Parlamento, prosiguieron sus negociaciones hasta alcanzar el acuerdo de este lunes.