China ha reforzado el confinamiento en Pekín tras registrarse un preocupante rebrote de casos de COVID-19 en los últimos cinco días. Según Xu Hejlan, portavoz del ayuntamiento de la capital china, el nuevo brote es “extremadamente grave”, por lo que se encuentran “en una carrera contra reloj” para hacerle frente a esta amenaza. El gobierno ha pedido a los habitantes de Pekín que permanezcan en la ciudad y además se han cancelado las clases en escuelas y universidades para evitar las reuniones masivas.

El nivel de emergencia también ha sido elevado. La subsecretaria general del gobierno municipal pequinés, Chen Bei, anunció en rueda de prensa que, desde el martes, la ciudad pasa del tercer al segundo nivel de emergencia. Esto significa que las comunidades vecinas a la capital volverán a comprobar la identidad y el estado de salud de los residentes y a tomarles la temperatura. Por último, el ayuntamiento también les aconsejó a los residentes de Pekín trabajar desde sus casas.PUBLICIDAD

Se cree que el nuevo brote comenzó en el principal mercado de la ciudad, ya ha dejado, según las cifras oficiales, más de un centenar de casos positivos. Como medida de prevención, las áreas que representan un riesgo mayor, como las zonas aledañas al mercado, quedarán selladas y no se permitirá ni la salida ni el ingreso a ellas. De igual manera, las personas que tuvieron contacto con el mercado o con casos positivos del virus también serán aislados.

Alrededor de 200.000 personas que visitaron el mercado desde el 30 de mayo han sido entrevistadas en visitas casa por casa, llamadas, plataformas de redes sociales y otros métodos, según la agencia estatal Xinhua.

Los vuelos interprovinciales y los viajes en grupo transprovinciales que habían sido reactivados hace unas pocas semanas también han quedado prohibidos. El regreso a la normalidad en Pekín, visible a principios de junio luego de que bajara el nivel de emergencia, ahora ha quedado de nuevo en el suspenso, pues la prioridad de las autoridades es impedir que el brote se extienda a otras ciudades.PUBLICIDAD

Al margen de los últimos 27 contagios detectados en Pekín este lunes, la Comisión Nacional de Salud registró otros cinco positivos en China a nivel local: cuatro en la provincia septentrional de Hebei, vecina de la capital, y uno en la provincia suroccidental de Sichuan.

Esta situación ha llevado a gobiernos locales de otras regiones chinas a imponer cuarentenas a quienes provengan de la capital china, según la prensa local, que apunta a que un contagiado confirmado en Sichuan había viajado a esa provincia desde Pekín.

Entretanto, el secretario del Comité Municipal de Pekín del Partido Comunista de China (PCCh), Cai Qi, afirmó hoy que la ciudad está en «una situación crítica, muy preocupante», y que las tareas de control y prevención son ahora la «máxima prioridad».

Según Cai, la ciudad garantizará los suministros para satisfacer las necesidades diarias de los residentes, y penalizará a negocios que traten de aumentar los precios de los alimentos.

Además de las pruebas y las medidas de control y prevención, la ciudad ha intensificado la inspección de los mercados de productos frescos, cerdo congelado, ternera, cordero y productos avícolas, y se examinan otros negocios, incluidos supermercados y restaurantes, para garantizar que no circulan productos contaminados con el patógeno.PUBLICIDAD

Según BBC, Yang Zhanqiu, subdirector del Departamento de Biología de Patógenos de la Universidad de Wuhan, advirtió que “el nuevo brote podría ser de una cepa más contagiosa que la que afectó al que fuera el epicentro del brote en China a finales del año pasado”.

En opinión de los epidemiólogos chinos, los próximos tres días serán clave para conocer la gravedad de este brote: “Si la cifra no avanza demasiado rápido, podrá contenerse”, afirmó a la prensa local el experto Wu Zunyou, del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de China.