El árbitro Janny Sikazwe, de Zambia, fue elegido por la FIFA para dirigir la final del Mundial de Clubes en Japón. A lo largo de 89 minutos no tuvo mayores retos, sancionó bien un penal a favor del Real Madrid y manejó el compromiso sin mayores inconvenientes. No obstante, al minuto 90 todo se fue por la borda por una mala decisión.

Kashima se disponía a realizar una salida rápida aprovechando que el Madrid estaba mal parado. Mu Kanazaki dejó pasar el balón entre sus piernas para ganarle la posición a Sergio Ramos, pero el defensor empujó al jugador nipón y cortó el avance. Sikazwe cobró la falta, incluso se llevó la mano al bolsillo para sacar la tarjeta, hizo el amago, habló por el intercomunicador con el cuarto árbitro y al darse cuenta que Ramos tenía amarilla, no tomó ninguna acción disciplinaria.

https://youtu.be/_JBY1nI5ucQ

Pero durante todo ese amague, el africano estuvo a punto de amonestar a Casemiro, que no había tenido incidencia directa alguna en la jugada de la polémica. Ello causó una gran perplejidad en los jugadores japoneses, que protestaron airadamente el veredicto arbitral e incluso señalaban al jugador, que rápidamente se fue para su terreno.

El juego estuvo un minuto interrumpido por la confusión que generó, pero al final no hubo amonestación para nadie. Ramos, que había sido amonestado a los nueve minutos del segundo tiempo, siguió jugando hasta los últimos instantes del alargue, cuando Zinedine Zidane decidió reemplazarlo por Nacho.