El presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, afirmó que quiere volver a implantar la pena de muerte en el país, abolida en 2006 por la expresidenta Gloria Macapagal Arroyo.

«Lo que haré es instar al Congreso a que restaure la pena de muerte por ahorcamiento», dijo anoche Duterte en su primera rueda de prensa tras su victoria en los comicios generales del pasado 9 de mayo, indica la emisora CNN Filipinas.

Duterte, que será investido el próximo 30 de junio, quiere imponer la pena capital sobre personas que cometan crímenes relacionados con drogas ilegales, violaciones o robos de vehículos en los que el propietario sea asesinado.

El presidente electo filipino precisó que la ejecución de la pena de muerte sería a través del ahorcamiento y no de la inyección letal -considerado un método más humanitario- porque la horca creará más temor entre los delincuentes.

«Si no se le tiene miedo a la ley, no sirve de nada», dijo durante la prensa.

Duterte defendió que el ahorcamiento es el método de ejecución menos doloroso.

«Con el ahorcamiento, una vez que se parte la espina dorsal, ya está. Es como apagar una luz», agregó.

El presidente filipino entrante también instó anoche a la Policía del país a entregar una lista de todos los traficantes de drogas y demás criminales que están siendo buscados por la ley, los cuales serán perseguidos.

«Les he dicho (a los policías) que, si os resistís a ser arrestados, mis órdenes son que disparen a matar», dijo Duterte dirigiéndose a los delincuentes.

Duterte recibió criticas durante la campaña por defender la ejecución de drogadictos o ladrones para reducir las tasas de delincuencia.

Grupos de defensa de los derechos humanos le acusan de apoyar a un grupo de sicarios que sería responsable de la muerte de unos mil supuestos criminales en Davao, ciudad de la que ha sido alcalde durante 22 años.

Una semana después de la celebración de las elecciones generales, la Comisión Electoral aún no ha finalizado el escrutinio de los votos, que hasta el momento alcanza el 96,14 por ciento de los distritos electorales.

Sin embargo, y a falta de una proclamación oficial, Duterte es el claro ganador al haber logrado casi 16 millones de votos, 6 millones más que su inmediato seguidor, el ministro de Interior saliente Mar Roxas.