Grandes estrellas del fútbol como Lionel Messi, Neymar, Javier Mascherano, Alexis Sánchez, Cristiano Ronaldo, Ángel Di María, José Mourinho y Falcao han sido vinculados en el caso de fraude fiscal en España. Estos jugadores han sido acusados de aprovechar estructuras societarias para evadir impuestos en relación a sus derechos de imagen.

Hay unos que repiten y aseguran que son inocentes, pero son encontrados culpables. Así le ocurrió a Messi, a quien el Tribunal Supremo de Justicia lo condenó a 21 meses de prisión. Mientras que hay otros que asumen la responsabilidad y llegan a un acuerdo. El último caso fue el de Ángel Di María, exjugador del Real Madrid (2010-2014), quien llegó a un arreglo amistoso con la fiscalía española. El argentino accedió a pagar 2,2 millones de euros a cambio de una pena de prisión de 16 meses, que previsiblemente no cumplirá al ser inferior al umbral de dos años y no tener antecedentes penales. Lo mismo sucedió con Mascherano.

¿Pero cuál es la razón del fraude fiscal?

La ley Beckham, bautizada popularmente en honor al futbolista cuando llegó al Real Madrid en 2003, estaba pensada para atraer a España directivos y puestos de trabajo cualificados extranjeros. En otras palabras, estimular la economía. Sin embargo, en los primeros años de ejecución alcanzó también a otros contribuyentes, como deportistas extranjeros que viajaban al país durante un número limitado de años para jugar en entidades deportivas españolas.

Con el decreto, los trabajadores que tributaban como no residentes, se les impuso un tope del 24%, inferior al que estaban obligados a pagar los residentes españoles que lograban ganancias superiores a las seis cifras (45%). No obstante, en 2010 hubo varias modificaciones, en el que se establecía un límite máximo de rentas que pueden acogerse al régimen especial, que alcanza los 600 mil euros anuales. Asimismo, en 2015 se produjo otro cambio para reconducir la aplicación del régimen al objetivo inicial, de tal modo que excluyen de su aplicación a los deportistas profesionales. Pero sí sigue vigente y puede ser aplicado al resto de profesiones y trabajos.

Según explica la BBC, estas modificaciones le dieron pie al uso de complejos y sofisticados manejos financieros para tratar de cumplir con sus obligaciones fiscales, pero al mismo tiempo garantizar los mayores beneficios a los multimillonarios contratos que firmaban para la explotación comercial de sus imágenes.

Una de las estrategias que se han revelado consiste en cuatro pasos: Los futbolistas abren sociedades a su nombre en paraísos fiscales (Islas Vírgenes Británicas, Panamá o Belice). Seguidamente venden sus derechos de imagen a dos empresas en Irlanda, por lo que los dineros devengados por publicidad llegan a estas figuras jurídicas en el país para volver a los paraísos fiscales, y finalmente, de allí, toda la plata es trasladada a bancos suizos.

Lo anterior se da debido a que las sociedades en Irlanda pagan un impuesto del 12.5%, muy inferior al que deberían desembolsar si estas figuras se encontraran en España. “En los últimos años la agencia tributaria ha intensificado su control sobre los futbolistas y sus compañías, comprobando si son meramente fachadas comerciales patrimoniales o si en verdad son económicamente activas”, indicó en diálogo con la BBC Mundo, Carlos Cruzado presidente del sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda en España.

Piden multar bancos que oculten información financiera

La Comisión Europea quiere frenar las estrategias de empresas y personas con grandes fortunas para eludir al fisco. De esta manera, Bruselas propuso obligar a los intermediarios de tratos fiscales a comunicarlos a las autoridades nacionales en un plazo de cinco días. Como principal medida disuasoria, la Comisión Europea exige a los Estados que multen a las firmas que se nieguen a informar.

Todas las artimañas fiscales requieren de un experto que las idee. Y aunque el objetivo suele ser evadir impuestos, pocas veces los intermediarios rinden cuentas por esos esquemas. La Comisión Europea quiere obligarlos a entregar automáticamente información fiscal modificando una directiva sobre cooperación entre Estados. Aunque la política fiscal es competencia exclusiva del Estado, existe una importancia de una mayor cooperación de alianzas internacionales.

Fuentes comunitarias aseguran que han sido los propios Gobiernos los que han pedido un marco de este tipo para frenar los comportamientos abusivos. Las entidades públicas de los países europeos dejan de recibir cada año, en promedio, un billón de euros, por distintas formas de fraude y elusión fiscal, según cálculos de la Comisión Europea.