El ex primer ministro chino Li Peng, quien murió a los 90 años, es el símbolo de la represión de las manifestaciones de la plaza Tiananmen, un papel que no le impidió mantenerse en la cima del gobierno comunista por más de una década.

Elogiándolo como un «miembro excepcional del Partido Comunista de China» (PCC), «siempre fiel», la agencia de prensa oficial Xinhua rindió homenaje a un «notable revolucionario proletario».

Li Peng murió el lunes, como consecuencia de una enfermedad cuyo tratamiento resultó ineficaz», anunció Xinhua, sin mayores precisiones.

El 20 de mayo de 1989, Li, a la cabeza del gobierno chino desde hacía apenas poco más de un año, entró a la historia proclamando la ley marcial.

Dos semanas más tarde, en la noche del 3 al 4 de junio, el ejército acabó con el movimiento de estudiantes que reclamaban en la plaza Tiananmen reformas democráticas y el fin de la corrupción. La represión dejó cientos de muertos, más de 1.000 según algunas estimaciones.

«¿El cielo ha sido realmente justo dejando a ese cabrón, culpable de los crímenes más atroces, vivir hasta los 90 años y morir de causa natural? Su muerte no será consuelo para los miembros de las víctimas de la represión», escribió en Facebook Wu’er Kaixi, uno de los líderes estudiantiles de 1989.

Aunque la decisión de enviar a las tropas fue colectiva, Li quedó con el apodo de «el Carnicero de Pekín». Hasta el fin de su carrera política en 2003, sus desplazamientos al extranjero motivaban manifestaciones, como en París en 1996.

Número dos 

Li fue por 15 años miembro permanente del buró político del PCC, órgano rector del país, y ocupó en los años 90 el puesto de número dos, atrás del presidente Jiang Zemin.

Tras dejar de ser primer ministro en 1998, ocupó la presidencia del parlamento chino hasta 2003.

Nacido en octubre de 1928 en una familia originaria de Sichuan (suroeste), Li fue recogido a los tres años -tras la muerte de su padre como «Mártir de la Revolución»- por el dirigente comunista Chou Enlai, futuro primer ministro.

Se afilió al PCC a los 17 años y partió a Moscú en 1948 para estudiar ingeniería hidroeléctrica. Siete años después volvió a China para trabajar en el sector de la energía. 

Más tarde será el padre de la presa de las Tres Gargantas del Yangtsé, la más grande del mundo cuando entró en operación en 2009.

Durante la Revolución cultural (1966-76), la influencia de su familia adoptiva le evitó ser lanzado a los Guardias rojos. En 1979 empezó su ascenso en la jerarquía del partido y del gobierno. Antes de ser primer ministro, fue ministro de Energía Eléctrica.

«Parar el desorden» 

Frente a las manifestaciones estudiantiles de 1989, este conservador abogó por la firmeza junto al número uno, Deng Xiaoping. 

«Él tomó medidas decisivas para detener el desorden y apaciguar los disturbios contrarrevolucionarios», comentó Xinhua.

«El estabilizó la situación interior y jugó un papel importante en esta lucha mayor por el futuro del partido y del país», estimó la agencia, replicando el punto de vista del PCC según el cual la estabilidad era indispensable para el desarrollo económico.

En los años que siguieron a la represión, Li intentó relativizar su papel y defendió la decisión de disparar contra los manifestaciones como un paso «necesario». 

Muestra de la sensibilidad del tema, la popular red social china Weibo se dedicaba este martes a borrar o bloquear todo comentario sobre los artículos oficiales que evocaban la muerte de Li.