Un estudiante universitario británico de 20 años, sin vinculación con ningún grupo, fue condenado este viernes a 15 años de cárcel por colocar una bomba en el metro de Londres en octubre de 2016.

La condena se conoce a los cuatro días del atentado, reivindicado por la organización Estado Islámico, que el lunes dejó 22 muertos y 75 heridos en el recinto Mánchester Arena de esta ciudad del noroeste de Inglaterra.

El juez Richard Marks mencionó los acontecimientos del lunes en su sentencia, al aludir al «miedo en el que todos vivimos por el uso de bombas aquí y en todo el mundo, de lo cual tuvimos un recordatorio en Mánchester esta semana».

Damon Smith construyó el artefacto siguiendo las instrucciones de un artículo de Al Qaida titulado «Haz una bomba en la cocina de tu madre», y lo dejó en una mochila en un vagón del metro de la capital el 20 de octubre del año pasado, pero los pasajeros se dieron cuenta y alertaron al conductor del tren.

Éste estimó inicialmente que se trataba de un objeto perdido, pero al ver unos cables asomar de la mochila avisó a las autoridades.

El joven fue captado por las cámaras de seguridad saliendo del tren y dejando tras de sí el artefacto, que contenía explosivos y metralla.

Smith se declaró sólo culpable de amenaza falsa de bomba, un tribunal de Londres lo declaró culpable del delito más grave, posesión de explosivos con intención de usarlos. 

Durante el juicio, su defensa presentó un informe afirmando que sufre una forma de autismo. 

Sue Hemming, de la fiscalía del Estado, dijo en un comunicado que «aunque aseguró que era una broma, la bomba dejada en el tren estaba claramente diseñada para provocar heridas horribles».