Poco después del violento asalto al Capitolio de los Estados Unidos en Washington, la idea de crear una comisión independiente para investigar los orígenes de los ataques y la toma de decisiones que permitieron la insurrección, además de ahondar en la participación de políticos que pudieron incitar al caos, rondó en la capital como una obviedad. Era necesaria una investigación profunda sobre este suceso. Pero poco a poco, los republicanos fueron demostrando que se resistían a esta “rendición de cuentas”.

Este viernes, el Senado decidía si creaba o no una comisión de investigación independiente sobre el ataque al Capitolio. Se necesitaban 60 votos para la aprobación del proyecto. Es decir, se necesitaba contar con el apoyo de todo el bloque demócrata y 10 votos de la bancada de los republicanos. Apenas se consiguieron seis votos. La creación de la comisión se hundió en el Senado, acabando con los esfuerzos por investigar qué ocurrió el 6 de enero de 2021 en la capital.

“Es una vergüenza para el Partido Republicano tratar de barrer los horrores de ese día bajo la alfombra porque le temen a Donald Trump”, dijo el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, también lamentó lo ocurrido y señaló, al igual que Schumer, que esto era una “vergüenza” para el Senado y advirtió que no esclarecer los hechos hará del país un lugar más inseguro. Sin embargo, recalcó que en la cámara baja continuará liderando los esfuerzos por investigar lo sucedido.

Expertos como Bruce Hoffman, del Council of Foreign Relations, escribieron hace solo unos días que una comisión era necesaria para “determinar el grado de planificación para la insurrección y orquestación de la violencia ocurrida ese día. Como mínimo, probablemente desinflaría las muchas teorías de conspiración y falsedades que rodearon ese día, al igual que la Comisión del 11 de septiembre resolvió definitivamente las muchas teorías de conspiración en torno a los secuestros y ataques de aviones de pasajeros que mataron a casi tres mil personas”.

¿Por qué no hubo apoyo a la comisión?

La respuesta es sencilla, y para eso debemos remontarnos a la instalación de la Comisión del 11 de septiembre que investigó los ataques de al-Qaeda en 2001. Dicha comisión no solo despejó las teorías de conspiración sobre los ataques, sino que le proporcionó a los críticos de la administración de George W. Bush munición suficiente para asediarlo durante el resto de su mandato. El informe criticó la invasión a Irak y el descuido del Gobierno frente a las amenazas de la organización terrorista. Y todo esto ocurrió justo en época electoral. El informe de la Comisión del 11 de septiembre de 2001 salió pocos días antes de la Convención Nacional Demócrata y en plena carrera por la Casa Blanca.

Ahora que los dos partidos se preparan para las elecciones de medio término del próximo año, los republicanos no quieren de ninguna manera que el ataque al Capitolio resuene entre los votantes, y menos que se ahonde en la participación del Partido Republicano en la insurrección, tal y como señalan las denuncias documentadas por los demócratas y por entidades independientes.

“Todo lo que nos haga volver a las elecciones de 2020 es, creo, un día perdido. Nuestros miembros quieren seguir avanzando”, dijo el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell.

La negativa a la instalación de una comisión revivió el debate sobre romper el obstruccionismo en el Senado, pues esta también fue la primera vez que los republicanos usaron esta herramienta para bloquear una propuesta de su contraparte durante la administración del presidente Joe Biden.

Por ahora, la verdad sobre el dramático ataque al Capitolio, que terminó con la muerte de cinco personas, continuará sepultada por la resistencia del partido del expresidente Trump.