El caso del opositor ruso Alexéi Navalny eleva la tensión diplomática entre Rusia y Europa. En plena visita de Josep Borrell, alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), a Moscú se anunció la expulsión de varios diplomáticos de Alemania, Polonia y Suecia. ¿Qué pasó?

Rusia acusa a estos funcionarios de haber participado en una manifestación en favor del opositor encarcelado Alexéi Navalny.

Esos diplomáticos, cuyo número no fue precisado, participaron supuestamente en esas concentraciones “ilegales el 23 de enero” en San Petersburgo y Moscú, indicó el ministerio de Relaciones Exteriores ruso, que consideró “esas acciones inaceptables e incompatibles con su estatuto diplomático”.

El Consejo de Europa criticaba apenas un día antes la sentencia de cárcel para Navalny, y reclamó a Moscú que cumpla con sus obligaciones derivadas de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo de 2017 en la que se consideraba que la precedente condena contra el líder opositor ruso fue injusta.

El presidente del Comité de ministros del Consejo de Europa, Michael Roth; el de la Asamblea Parlamentaria, Rik Daems; y la secretaria general de la organización, Marija Pejcinovic, calificaron también de “alarmante” el arresto “masivo y en parte violento” de los manifestantes que protestaban en Rusia por el encarcelamiento del opositor.

“Lamentamos profundamente la reciente decisión de un tribunal de Moscú de sentenciar a Alexéi Navalny a una pena de prisión”, señalaron en un comunicado.

El activista fue condenado el pasado martes a purgar una pena de tres años y medio (pero le descuentan diez meses que pagó de la condena en 2014). Navalny, que lleva años denunciando la corrupción de las autoridades rusas y se ha convertido en un enemigo jurado del presidente Vladimir Putin, cree que el gobierno ruso intenta silenciarlo, meses después de haber sobrevivido a un envenenamiento que él atribuye al Kremlin.

La visita de Borrell

“Por supuesto hemos estado hablando del caso Navalny y de las personas detenidas en las manifestaciones y le he trasladado al ministro Lavrov nuestra profunda preocupación y le he reiterado nuestro llamamiento a una investigación imparcial de su envenenamiento”, dijo Borrell en una rueda de prensa junto al jefe de la diplomacia rusa tras la reunión que mantuvieron en Moscú.

“Creo que una investigación plena y transparente podría ayudar a clarificar lo que pasó con este intento de envenenamiento del señor Navalny”, añadió el también vicepresidente de la Comisión Europea, quien calificó la conversación con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov como “abierta, franca e intensa”.

Sostuvo además que la UE, mientras respeta plenamente la soberanía de Rusia y su propia responsabilidad con el cumplimiento de sus compromisos internacionales, también cree “que los temas relacionados con el Estado de derecho, los derechos humanos, la sociedad civil y la libertad política es esencial para nuestro futuro común”.

Preguntado por la posibilidad de que los Veintisiete adopten nuevas sanciones, Borrell recalcó que por ahora no hay ninguna propuesta en este sentido por parte de ningún Estado miembro.

Las conversaciones continuarán en el próximo Consejo de Ministros de Exteriores y en la cumbre de marzo de los líderes, donde estos mantendrán una “importante discusión monográfica” sobre los lazos entre el bloque comunitario y Rusia, señaló.

“Mi visita aquí es parte de la preparación de este debate y es muy importante que aclaremos qué queremos hacer con nuestras relaciones. Hoy, juntos con el ministro hemos identificado áreas en las que podemos cooperar pese a las diferencias y los desacuerdos en otras. Tanto bilateralmente y en la arena internacional”, sostuvo.

Borrell consideró importante remarcar la necesidad de que la voluntad de cooperación permanezca entre ambas partes pese a los desacuerdos que mantienen la UE y Rusia sobre “importantes temas, de los que también tenemos que hablar”.

Lavrov igualmente se quejó de que países europeos como Alemania, Francia y Suecia o la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), han aportado a Rusia pruebas o respuestas a sus solicitudes del envenenamiento de Navalniy con una sustancia tóxica del grupo Novichok que sus laboratorios detectaron.

“Es bastante maleducado. Esa arrogancia de la Europa culta me parece bastante inaceptable y lo rechazamos categóricamente. Si los socios consideran que no nos merecemos información que confirmaría sus acusaciones a las autoridades rusas, entonces allá ellos y su conciencia”, indicó.