Seis militares de Estados Unidos están desaparecidos después de que dos aviones del Cuerpo de Marines -USMC, Infantería de Marina- colisionaran durante una operación de reabastecimiento de combustible en un vuelo frente a las costas de Japón, dijeron a la AFP funcionarios de ambos países.

Los aviones involucrados fueron un caza F-18 y un petrolero C-130 en el marco de un «accidente registrado a unas 200 millas [300 kilómetros] de la costa de Japón hacia las 02:00 hora locales (17:00 del miércoles), según un comunicado del Cuerpo de Marines.

Una de las siete personas que iban a bordo de las dos naves fue rescatada, indicó a la AFP un portavoz de las Fuerzas de Autodefensa japonesas, que movilizaron cuatro aviones y tres buques para las operaciones. «Actualmente está siendo examinado por las autoridades médicas competentes en la base de Iwakuni», cerca de Hiroshima, precisaron los Marines en un comunicado.

«Las operaciones de búsqueda y rescate de los seis marines restantes siguen en curso», añadieron, y se investigan las circunstancias de la coalición.

Según los primeros elementos de la investigación, cinco tripulantes estaban a bordo del C-130 y otros dos en el F-18.

«Agradecemos los esfuerzos de las Fuerzas de Autodefensa japonesas, que respondieron inmediatamente en la operación de búsqueda y recate», indicaron los marines en un comunicado.

Los aviones despegaron de la base aérea de los marines en Iwakuni y «llevaban a cabo entrenamientos programados regularmente cuando ocurrió el accidente», señaló el comunicado.

Las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen unos 50.000 efectivos en territorio japonés.

En noviembre, un avión de combate de la marina estadounidense se estrelló frente a las costas de la isla japonesa de Okinawa (sur) y sus dos tripulantes fueron rescatados vivos.

Las Fuerzas Armadas estadounidenses también tuvieron problemas con sus helicópteros Osprey: tuvieron que llevar a cabo varios aterrizajes de emergencia, sufrieron un mortífero accidente y un pedazo de uno de los aparatos cayó en el terreno de una escuela japonesa. Estos incidentes reanudaron las tensiones entre Washington y Tokio, dos cercanos aliados militares, y motivaron protestas contra el despliegue de los helicópteros Osprey por parte de los residentes que viven cerca de las bases estadounidenses.