Las autoridades suecas quieren aumentar a un año la pena mínima de cárcel en el caso de violaciones graves de los derechos de las mujeres, elevar el castigo para quienes no respeten la prohibición de contactar a la víctima, obligándoles a llevar una tobillera como una de las primeras medidas, e incluir la difamación como delito.

Las medidas fueron anunciadas en una comparecencia de varios ministros suecos después de una reunión con todos los partidos representados en el Parlamento y varias organizaciones, convocada después de que en las últimas semanas se hayan producido cinco casos de feminicidio en Suecia.

“Cada vez que un hombre ataca a una mujer es un fracaso para la sociedad. Simplemente eso no puede ocurrir”, dijo la ministra de Igualdad, la ecologista Märta Stenevi.

El Gobierno sueco prevé presentar una serie de medidas más amplia en unas semanas y cuenta con enviarla antes del verano al Consejo de Leyes, un órgano consultivo, para que sea estudiadas.

“Será un amplio espectro que incluya tanto medidas penales como preventivas. Son necesarias en las instituciones, la escuela, la sanidad y en toda la sociedad civil”, afirmó Stenevi.

El ministro de Justicia, el socialdemócrata Morgan Johansson, se refirió también a otras iniciativas que faciliten la expulsión del domicilio común del agresor y que el testimonio de las agredidas en las declaraciones iniciales a la policía pueda usarse como prueba ante un tribunal.