Después de varios años distanciados, los presidentes de Estados Unidos y Brasil volvieron a estar del mismo lado. Este martes, en Washington, el mandatario estadounidense Donald Trump recibió a su homólogo brasileño Jair Bolsonaro, con quien espera inaugurar una nueva alianza hemisférica.

«Brasil y Estados Unidos nunca han estado más cerca de lo que estamos ahora», dijo Trump en la Oficina Oval, elogiando la campaña electoral de Bolsonaro que sorpresivamente lo llevó al Palacio do Planalto con un mensaje polarizante, muy parecida a su propia llegada a la Casa Blanca.

«Tenemos muchos valores comunes, admiro al presidente Trump», dijo Bolsonaro, que se ha dicho orgulloso de ser comparado con Trump.

Ambos mandatarios intercambiaron camisetas de los equipos de fútbol de su país. «Todavía recuerdo a Pelé», comentó Trump, alabando las cualidades de la ‘Seleçao’.

Después de un almuerzo de trabajo, los dos líderes, conocidos por su retórica polémica, ser tuiteros compulsivos y con sintonía en temas desde comercio a seguridad, darán una rueda de prensa conjunta en los jardines de la Casa Blanca.

Para Estados Unidos, la cita permite por primera vez en muchos años acercarse al gigante sudamericano, especialmente después de los recientes gobiernos de izquierda de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rouseff.

«Es una oportunidad potencialmente histórica para redirigir las relaciones entre nuestros dos países, las dos democracias más grandes del hemisferio occidental», declaró más temprano a periodistas el consejero de seguridad nacional de Trump, John Bolton.

«Creo que tendrá un profundo impacto no solo en este hemisferio, sino en todo el mundo», dijo Bolton, para quien Trump es el «Bolsonaro del Norte».

Más presión sobre Venezuela

La afinidad entre ambos es notoria, especialmente a la hora de denunciar los peligros del socialismo en todas sus formas. Y por eso aprovecharon el encuentro para aumentar la presión para forzar la salida del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuya autoridad desconocen por considerarlo un «dictador».

«Creo que puedo hablar por ambos países: todas las opciones están sobre la mesa», dijo Trump durante una reunión con Bolsonaro en la Casa Blanca.

El presidente estadounidense respondió así a la pregunta de si querría que Brasil se implicara en una potencial intervención militar estadounidense en Venezuela, a pesar de que el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, dijo en febrero que «la opción militar nunca fue una opción» para su Gobierno.

Bolsonaro dio una respuesta ambigua sobre el tema en la conferencia de prensa posterior a su reunión junto a Trump, cuando una periodista le preguntó si permitiría que el territorio brasileño se usara para lanzar una intervención militar de EE.UU. en Venezuela, o si implicaría a personal de Brasil en esa operación.

«Hay algunos temas que, si hablas sobre ellos, ya no son estratégicos (…). Es una cuestión de estrategia, todo lo que discutamos aquí (en privado) lo cumpliremos, pero de algunas posibilidades no se habla en público», indicó Bolsonaro.

Estados Unidos y Brasil apoyan los esfuerzos del jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por otro medio centenar de países, de encabezar un gobierno de transición y organizar nuevas elecciones.

Un alto funcionario del gobierno estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo el lunes que Venezuela será parte de la discusión en particular por el buen vínculo entre los militares venezolanos y brasileños, que puede propiciar un «cese de la usurpación» de Maduro.

Trump aprovechó la conferencia de prensa para pedir a los militares de Venezuela que «detengan su apoyo a (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro, que realmente no es nada más que una marioneta de Cuba», para «que su pueblo finalmente sea libre».