“Han sido semanas difíciles”, reconoció el primer ministro canadiense Justin Trudeau. El carismático líder del Partido Liberal de Canadá afronta su peor crisis en el cargo luego de que la exministra de Justicia del país, Jody Wilson-Raybould, acusó a funcionarios del gobierno de presionarla para tomar una decisión favorable para la firma de ingeniería SNC-Lavalin, que afronta un juicio por corrupción por negociaciones con Libia en la última década.

Este jueves, el mandatario canadiense admitió que hubo errores al “erosionar la confianza” de Wilson-Raybould, aunque se abstuvo de disculparse por su actuación o la de sus colaboradores. Trudeau explicó que se reunió con su exministra en septiembre de 2018 para tratar el tema de SNC-Lavalin, empresa con sede en la provincia de Quebec y que emplea a unas 9.000 personas en Canadá, y que, en esa reunión, tal y como ya había declarado Wilson-Raybould, le recordó a su exfuncionaria que él es diputado por Quebec, aunque manifestó que no le pidió tomar una decisión en el caso.

Para Trudeau, Wilson-Raybould entendió esa declaración como una presión por injerir en el caso contra SNC-Lavalin, en el que el gobierno esperaba que se llegara a un acuerdo con la firma para evitar un juicio y así “proteger los empleos de más de 9.000 canadienses”. La situación empeoró cuando, tras esa reunión Trudeau pidió a sus colaboradores que siguieran en contacto con la exministra de Justicia sobre el tema de SNC-Lavalin, por lo que mantuvieron varias reuniones en el último tramo de 2018. Según el mandatario, este pedido aumentó aún más el malentendido.

«Lo debería haber hecho personalmente», aceptó Trudeau, pues era un tema de “importancia nacional» por el peso económico de SNC-Lavalin en el país y el potencial impacto negativo de una condena contra la empresa por corrupción. Pero cuando Trudeau fue preguntado si sus declaraciones eran una especie de disculpa por su actuación, el primer ministro canadiense lo negó. Para el líder canadiense, la crisis que se detonó es consecuencia de una ruptura en las comunicaciones que ha provocado nada más que un mal entendido.

«Wilson-Raybould no se dirigió a mí personalmente y deseo que lo hubiera hecho», señaló Trudeau. «El diálogo es crucial en una cartera tan importante como Justicia. Los estilos de liderazgo de mi padre (quien también fue primer ministro) y el mío son distintos. Pero también puedo decir que las carteras que él más apreciaba son los mismos para mí. Y una de ellas es la cartera de Justicia», agregó.

Trudeau reseñó que ha aprendido varias lecciones durante esta crisis, e indicó que estudiará si es conveniente separar los cargos de ministro de Justicia y fiscal general del Estado que ahora están unidos y que algunos analistas han señalado como el origen del conflicto.

«Vamos a solicitar asesoramiento externo», dijo Trudeau que concluyó afirmando que, tras este proceso, «nuestro gobierno será más fuerte». “Los canadienses esperan y merecen tener fe en sus instituciones y en las personas que actúan dentro de ellas. Tomé y continuaré tomando muchas lecciones de estos días y semanas recientes”, dijo Trudeau.

El miércoles un exasesor de confianza de Justin Trudeau, Gerald Butts, salió en defensa del primer ministro que va en caída libre en los sondeos de popularidad. «Estoy firmemente convencido de que aquí no sucedió nada más allá de las operaciones normales del gobierno», dijo Butts, uno de los impulsores de la victoria de Trudeau y amigo personal del político.

Butts renunció a su puesto de secretario principal en febrero, asegurando que no quería convertirse en una distracción mientras el gobierno se prepara para unas duras elecciones generales, que se llevarán a cabo en ocho meses. Al testificar ante el comité de justicia de la Cámara de los Comunes, Butts rechazó las acusaciones realizadas por Wilson-Raybould.

Pero mientras el gobierno espera salir de la crisis pronto para concentrarse en la carrera electoral por los comicios federales de octubre, Wilson-Raybould confesó que su testimonio aun no estaba completo y que espera proveer un resumen más detallado en las próximas semanas. Además, las tensiones con la administración Trudeau se agravaron el lunes con la renuncia de la secretaria de Presupuesto, Jane Philpott, que dijo «haber perdido la confianza» en el gobierno liberal.