Su regreso al fútbol era un milagro que no sabía si podía cumplirse. «Si consigues volver a caminar con tu hijo por el jardín, date por satisfecho”, le dijeron los médicos a Santi Cazorla, exmediocampista del Arsenal. El fútbol pasó a un segundo plano: una infección en su tobillo derecho hizo que perdiera ocho centímetros de su tendón de Aquiles. Su pierna pasó a estar comprometida. El pasado martes, tras 636 días, volvió a sentirse futbolista: jugó unos minutos en el amistoso del Villarreal ante el Hércules.

A mediados de abril pasado, en rueda de prensa, su último DT, Arsène Wenger, confesó que no sabía si el español, volvería a las canchas con su equipo. «¿Si puede volver a jugar otra vez al más alto nivel? Honestamente, no lo sé. Espero que sí, pero no lo sé», dijo el timonel francés.  «No he hablado nunca de ello en las ruedas de prensa porque no era el tema a tratar, pero puedo decir que lo hemos echado mucho de menos y todavía lo hacemos. Es un futbolista excepcional y es muy triste todo lo que le ha sucedido, tanto para el jugador como para el Arsenal», agregó.

El calvario empezó el 10 de septiembre de 2013 en un partido amistoso entre España y Chile. El asturiano se retiró lesionado por un fuerte golpe en su tobillo derecho que desencadenó una fisura en el hueso. “Aprendí a jugar con dolor. Las primeras partes las aguantaba, si entraba en calor podía jugar, pero en el descanso, cuando me enfriaba, se me salían las lágrimas”, le confesó el futbolista del Arsenal en un diálogo con el diario Marca.

Los problemas en el tobillo persistieron, el dolor fue mayor. Su último partido fue en octubre de 2016 por una lesión en el tendón de la zona plantar de ese pie derecho. Desde entonces, el quirófano se convirtió en su segunda casa.

La cicatrización fue atípica: la herida se abría una y otra vez y se infectaba. En mayo pasado, desesperado por las respuestas inconclusas de los médicos en Inglaterra viajó a España, donde el doctor Mikel Sánchez encontró una grave infección que le había comido ocho centímetros del tendón de Aquiles.

Y a medida que fue abriendo, encontró tres bacterias más. Una tras otra, una de ellas proveniente de otro quirófano. La esperanza empezó a diluirse. En total fueron ocho intervenciones quirúrgicas en su tobillo.

Pero el milagro empezó a escribirse. Los antibióticos cumplieron su papel y frenaron unas infecciones que pudieron, mínimo, ocasionarle una amputación en su pierna derecha.

Un caso médico sin antecedentes en el fútbol. El pasado 29 de mayo, Sánchez realizó con éxito la última reconstrucción del tendón de Cazorla. por lo que el Arsenal le renovó contrato hasta junio de 2018 y espera volver a tenerlo en las canchas pronto.

«Es como un desahogo de todo lo que he pasado, no ha sido una simple lesión como la gente ha creído. Nadie confiaba en mí pero yo sí, lo sigo haciendo, aunque el dolor me mantiene cauto«, señaló hace unos meses Cazorla al conocer su renovación al Arsenal, aunque finalmente nunca pudo jugar.

David Silva, Andrés Iniesta y David Villa le escriben a diario. «Ahora me doy cuenta de quién es quién». El estado que tenía a finales de 2017 en su cuenta de Whatsapp lo resumía todo: “Para los que no quieren que vuelva a jugar, VOLVERÉ». Hoy por hoy, reina la incertidumbre luego de las constantes recaídas.