La Comisión Europea (CE) incrementó este jueves la presión sobre Google al presentarle nuevas pruebas de su presunto abuso de posición de dominio en la comparación de compras en su buscador y de restringir los anuncios de competidores, que apuntalan las acusaciones formuladas por primera vez en abril de 2015.
«Necesitamos evidencias fuertes y hechos para respaldar nuestro caso, y ahora tenemos más evidencias en nuestro expediente para apoyarlo», afirmó la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en la rueda de prensa en la que informó del envío de dos nuevos pliegos de cargos a Google y a su matriz, Alphabet, en los que le presenta formalmente nuevas acusaciones.
En uno de ellos amplía la acusación original de abril de 2015 según la cual Google abusó de su dominio al favorecer de manera sistemática su comparador de compras en las búsquedas, y que es producto de nuevas investigaciones a raíz de la respuesta que remitió la empresa a Bruselas en septiembre.
En el otro, también le acusa de abuso de posición dominante por restringir artificialmente la posibilidad de que páginas web terceras muestren anuncios de búsquedas de competidores.
Vestager indicó que el comportamiento puede llevar a que los consumidores no vean los resultados más relevantes de sus búsquedas, y a que la posibilidad de elección e innovación se vea dañada al limitar Google a sus rivales la capacidad de situar anuncios.
Por su parte, un portavoz de Google indicó hoy que «las innovaciones y mejoras de productos han aumentado la elección de los consumidores comunitarios y promueven la competencia».
En cualquier caso, aseguró que examinarán los nuevos casos presentados por la CE y que proporcionarán «una respuesta detallada en las próximas semanas».
Por lo que se refiere a la comparación de compras, las evidencias adicionales de la CE hacen referencia a la manera en que Google favorece a sus propios servicios, el impacto de la prominencia de una página web en los resultados de búsqueda de Google en su propio tráfico, o la evolución del tráfico del servicio de comparador de compras de Google frente al de sus rivales.
Tras examinar el argumento de Google de que el servicio de comparación de compras no debe considerarse de forma aislada sino junto a los servicios de otras plataformas como Amazon o eBay, la CE se mantuvo firme en su idea de que la comparación de compras y las plataformas comerciales constituyen «mercados separados».
Por otro lado, la CE cree que Google ha podido vulnerar la ley comunitaria en sus acuerdos con socios a través de la plataforma «AdSense», con la que sitúa anuncios de búsqueda directamente en su página pero también en la de terceros.
En concreto, a raíz de imponer condiciones de exclusividad, garantizando un mínimo de anuncios de Google en los espacios con más prominencia o reservándose el derecho de autorizar anuncios de terceros.
«El comportamiento de Google, según nuestras evidencias, sigue siendo perjudicial para los consumidores», zanjó Vestager.
La Comisión, que recordó que el envío de estos documentos no prejuzgan el resultado de sus investigaciones, señaló que Google tendrá ahora la oportunidad de «responder a nuestras preocupaciones» (en un plazo de ocho semanas en el caso del primer pliego, y de diez semanas, en el del segundo).
En cambio, precisó que «si nuestras investigaciones concluyen que ha infringido las normas antimonopolio de la UE», actuará para «proteger a los consumidores europeos y la libre competencia».
Si no ve satisfechas sus peticiones, la CE podría imponer a Google una multa de hasta el 10 % de su facturación (unos 6.001 millones de dólares o 5.661 millones de euros), según sus cuentas de 2014.
«He pedido a mis servicios que traten con prioridad y trabajen lo más rápido posible en este amplio caso», dijo Vestager.
Este nuevo avance en el caso abierto a Google por su buscador se sitúa en paralelo a la acusación formal a la compañía del pasado 20 de abril por su sistema operativo móvil Android.
Según la CE, abusa de su posición dominante al obligar a los fabricantes y operadores de los móviles y tabletas que operan con Android a instalar de forma predeterminada sus servicios, como su buscador y su navegador Chrome, y no otros de sus competidores.