El Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), una de las organizaciones más reconocidas de Venezuela y que trabaja por la promoción y la defensa de los derechos humanos en ese país, lo ha dicho en varios tonos: “El gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura moderna”.

La organización comenzó a hablar en estos términos cuando el Consejo Nacional Electoral suspendió el proceso de referendo revocatorio contra Maduro.

La organización es bien conocida por el presidente. En 1993 le dieron asistencia gratuita cuando era sindicalista en el metro de Caracas, en donde trabajó durante siete años como conductor de autobús. En las oficinas de Provea, justo en ese mueble de madera en donde se sentó Maduro para que fuera representado, miles de venezolanos acuden a denunciar atropellos a sus derechos fundamentales.

Y en 2002, en medio del intento de golpe de Estado al entonces presidente, Hugo Chávez, Provea condenó internacionalmente la ruptura del orden constitucional y le solicitó medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para proteger a los funcionarios en peligro; estas medidas fueron otorgadas. Su labor fue reconocida por la Defensoría del Pueblo en el informe especial sobre esos hechos.

Hoy Provea vuelve a encontrarse con Maduro, en el otro lado de las denuncias. El sociólogo y coordinador general de Provea, Rafael Uzcátegui, responde diez preguntas sobre la situación actual de Venezuela.

¿Por qué Venezuela es una dictadura moderna?

Estábamos acostumbrados a que las dictaduras llegaran por un golpe de Estado, lo que requiere un altísimo costo político. Sin embargo, Alberto Fujimori inauguró otra forma de dictadura, en donde se establece el mando por medio de elecciones, pero se pervierten los mecanismos y poderes públicos para permanecer en él. En Venezuela se está viviendo la “dictadura del siglo XXI”, una dictadura nueva, la venezolana, cuyo referente principal proviene de lo que ocurrió en Perú.

¿Cuál podría ser una salida democrática a la crisis?

Las elecciones; defender el voto es el mejor mecanismo. En la actualidad se hacen elecciones sectoriales en busca de abolir la Constitución vigente. El año pasado el Consejo Nacional Electoral (CNE) suspendió, sin ninguna explicación, las elecciones a gobernadores. También fue impedido el referendo revocatorio, figura avalada por Chávez en la Constitución y a la cual él mismo fue sometido en el 2004, en donde los venezolanos ratificaron su mandato legítimo. No hay una fecha establecida para las elecciones de alcaldes que están estimadas para este 2017, y las presidenciales del 2018 corren riesgo porque el CNE actúa sin independencia, desacatando los roles que le otorga la ley.

¿Es Venezuela un Estado fallido?

El socialismo del siglo XXI generó expectativas en el mundo por su mensaje irreverente, su postura en rechazo al gobierno de Estados Unidos y sus banderas antipobreza e igualdad social, lo que hizo que la izquierda internacional creyera en la propuesta de Chávez. Muchos de estos movimientos sociales, instituciones, gobiernos y personas intelectuales siguen confiando en este modelo fallido y no han sido críticos de las contradicciones que presenta este proyecto. Prefieren optar por el silencio. Todos hemos sido víctimas de un chantaje ideológico, que hace que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la ONU se resistan a intervenir.

¿Qué consecuencias trae el retiro de Venezuela de la OEA?

El aislamiento de la comunidad internacional y que existan menos herramientas para que sean escuchadas las víctimas de violaciones de los derechos humanos. La salida ratifica la vocación del Gobierno a no querer ser juzgado por la mirada regional, ya que lo obligaría a cumplir sus compromisos democráticos.

¿Qué medidas inmediatas podría tomar el Gobierno para remediar la pobreza extrema de los ciudadanos?

Lo primero es reconocer que hay graves problemas en el manejo de las políticas públicas y aceptar que ha sido ineficaz en su trabajo por disminuir la pobreza. Para corregir el daño, se deben generar espacios en donde participen empresarios, organizaciones civiles y entes gubernamentales con el fin de eliminar la parcialidad política y que el Gobierno demuestre que tiene la voluntad de hacer mejoras sin discriminar al que piensa distinto.

¿Qué ha cambiado en el país en estos 18 años del chavismo?

La estabilidad económica del chavismo puede separarse en dos grandes momentos. El primero transcurrió entre el 2004 y el 2009, que fue la época de la bonanza económica, en donde el precio por barril subió de US$60 hasta llegar a US$120. Una buena cantidad de dinero adicional que el Gobierno podía utilizar para su gestión. En esos años se desarrollaron las famosas “misiones”, el Estado promovía el empleo y mostraba un aparente nivel de prosperidad, lo que hizo que mejoraran los indicadores y se reflejara una disminución de la pobreza. Desde Provea siempre nos preocupó que no fuera sostenible en el tiempo porque dependía de un momento de bonanza. Efectivamente, en el 2009 empezó a disminuir el precio del petróleo, hubo un retroceso en las políticas sociales implementadas anteriormente y las consecuencias fueron evidentes a partir del 2012. En el 2013 se entregó el último informe con cifras oficiales que reflejaban el incremento de la pobreza; para ese entonces 450.000 familias se encontraban en esta situación. Provea hizo un cálculo conservador tomando esa cifra de referencia e incorporándola año tras año hasta el 2017; las estadísticas de pobreza son incluso mayores que cuando Chávez tomó el poder en 1999. Según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), realizada por las principales universidades del país, el 82 % de los hogares venezolanos vive en pobreza y Venezuela se ha convertido en el país más pobre de América Latina.

¿Cuáles son las diferencias entre la izquierda venezolana y la izquierda colombiana?

Somos países hermanos con trayectorias muy diferentes. En Venezuela no hemos tenido un conflicto armado de tantos años como el de Colombia, por ende, tenemos distintas miradas del cambio social. Venezuela es un país petrolero, con una cultura y un relacionamiento político distinto. La izquierda de Colombia no es petrolera. Suelen compararse porque los gobiernos de Chávez y Maduro han mostrado simpatía por los grupos armados revolucionarios. Incluso en Provea corroboramos que hay territorios de la frontera venezolana que están controlados por las Farc y el Eln. Compararlas sería simplificar el conflicto.

¿Cómo son las principales violaciones de derechos humanos que ocurren en las manifestaciones?

Son de diferentes tipos. Aunque ha habido asesinatos por balas, no son la mayoría, porque los funcionarios saben que éstas se identifican fácilmente en una autopsia. Es por eso que utilizan otro tipo de medios de represión para agredir y causar daño. Las principales son las bombas utilizadas como proyectiles, disparos de canicas o metras, perdigones a corta distancia y balines de metal que también han ocasionado heridas y muertes.

Con manifestaciones diarias, ¿cómo hace el venezolano para cumplir con el resto de sus responsabilidades?

Los horarios de trabajo y estudio se han flexibilizado. Por más que el venezolano quiera manifestarse todos los días, debe escoger bien a cuáles ir. Es necesario planificarse porque, cuando hay concentraciones, el Gobierno cierra las estaciones de metro más cercanas para impedir que la población popular asista, acción que también perjudica a quienes van a desempeñar otro tipo de actividades.

¿Cómo describiría al joven protestante venezolano?

Venezuela ha cambiado el imaginario de los jóvenes que están en las calles. Marca una gran distancia con el típico referente de protesta de aquel activista que usa la camisa del Che Guevara y lee el Manual del guerrillero urbano. El venezolano que sale a la calle está relacionado con la cultura digital, es un geek que utiliza símbolos de películas, personajes y videojuegos, se defiende con escudos inspirados en la época medieval, como sacados de Juego de tronos, y se enfrenta a la represión con estrategias aprendidas en este entorno.