El número de víctimas mortales en el accidente de autobús de este domingo en España es de trece personas y todas son jóvenes extrajeras, confirmó el ministro español de Interior, Jorge Fernández Díaz, sin detallar las nacionalidades.

El ministro informó de que se están llevando a cabo las tareas de identificación y contacto con las familias, y a partir de ahí comenzará el procedimiento de repatriación, que «se inicia ahora y probablemente durará días», dijo.

Antes, el responsable de Interior del Gobierno de Cataluña, Jordi Jané, rectificó y cifró en trece, y no catorce, como había dicho antes, a las víctimas mortales al chocar un autocar que transportaba a estudiantes extranjeros con un coche en una autopista de la provincia de Tarragona (noreste).

Según informó el Ejecutivo catalán, en el autobús siniestrado viajaban estudiantes de Perú, Bulgaria, Polonia, Irlanda, Palestina, Japón, Ucrania, la República Checa, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Italia, Hungría, Alemania, Suecia, Noruega y Suiza.

El autocar llevaba en total a 56 estudiantes de Erasmus -programa de intercambio universitario de estudiantes extranjeros- de diversas nacionalidades que volvían de ver la Noche del Fuego de las fiestas de las Fallas de Valencia, y chocó con un coche.

Jané atribuyó inicialmente a un «error humano» la causa del accidente.

En una rueda de prensa, el responsable de Interior catalán confirmó que los fallecidos son estudiantes de Erasmus de varias universidades, especialmente de Universidad de Barcelona y de la Universidad Autónoma de Barcelona, y personas de diversas nacionalidades relacionadas con éstos.

El accidente causó además 43 heridos de diferente consideración, que están siendo atendidos en varios hospitales de la zona.

Según las primeras informaciones, el autobús, que iba hacia Barcelona, perdió el control, atravesó la mediana, volcó y chocó con otro vehículo sobre las 06.00 horas (05.00 GMT).

Al lugar del siniestro llegaron 17 dotaciones de bomberos y una grúa para retirar el autobús de la calzada y rescatar a las personas que quedaron atrapadas, además de ambulancias medicalizadas y servicios de Protección Civil para atender a las víctimas.

Un equipo de 17 forenses trabaja para identificar a los fallecidos, tarea que está siendo complicada porque muchas de ellas no tenían documentación.

El conductor del autobús accidentado dio negativo en el control de drogas y alcohol, según fuentes judiciales, y el vehículo, de unos tres años de antigüedad, cumplía todas las normas de seguridad, según la empresa.

El autobús ocupaba el último lugar de una caravana de cinco vehículos de una misma empresa que regresaban a Barcelona después de ver arder las fallas de Valencia, una de las fiestas más populares de España.

El viaje fue contratado por la Asociación European Students Network, organización de estudiantes en la que participan diversas universidades catalanas, informó el rector de la Universidad de Barcelona, Dídac Ramírez.

El accidente es uno de los más graves de los últimos años en España.