Desde el 9 de febrero de este año, el obispo Rolando Álvarez estaba recluido en el Sistema Penitenciario Nacional, la prisión de máxima seguridad de Nicaragua, conocida como “La Modelo”, luego de que se negara a ser expulsado a Estados Unidos, país al que llegaron más de 200 presos políticos del régimen de Daniel Ortega. Él, además de haber sido desnacionalizado, fue condenado a 26 años de cárcel por “traición a la patria”, pero, según una fuente diplomática citada por EFE, recientemente habría sido excarcelado y estaría bajo el resguardo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.

La fuente diplomática le comentó a la agencia de noticias que la excarcelación se habría dado gracias a unas negociaciones entre el Gobierno nicaragüense, el Vaticano y el Episcopado, que ahora discuten el destino del alto jerarca. En las conversaciones está la posibilidad de que el obispo Álvarez sea enviado a Roma o al exilio, o sea devuelto a prisión en caso de negarse, indicó. Según se lee en el diario El Confidencial, que cita a fuentes diplomáticas y eclesiásticas, el obispo ya no está recluido en la prisión. Sin embargo, se desconocen cuáles fueron los términos de la negociación.

En los últimos días se ha venido hablando de la excarcelación de Álvarez. De hecho, Bianca Jagger, defensora de derechos humanos, escribió en Twitter que el obispo de la Diócesis de Matagalpa y el administrador apostólico de la Diócesis de Estelí salió de la cárcel La Modelo la noche del 3 de julio. “¿Dónde está el obispo Álvarez? Me informaron que anoche fue sacado de La Modelo y que el régimen tiene la intención de mandarlo a Roma. El viernes pasado, cuando recibí el doctorado honoris causa, le exigí al régimen que presentara un comprobante de vida y su liberación inmediata”.

Pero Jagger no ha sido la única en pronunciarse. El opositor y expreso político Félix Maradiaga, que llegó en febrero a Estados Unidos, también compartió en redes sociales que “extraoficialmente se ha mencionado, por parte de fuentes creíbles y bien informadas, que monseñor Rolando Álvarez podría ser enviado fuera de Nicaragua en las próximas horas”. En su mensaje en Twitter también expresó que el obispo “ha estado sufriendo una detención arbitraria, bajo acusaciones falsas. Además, fue sentenciado a 26 años de prisión, despojado de su ciudadanía y trasladado de su arresto domiciliario a la cárcel”.

Álvarez es el primer obispo de Nicaragua en convertirse en preso político. Desde el 10 de febrero, cuando fue juzgado y desnacionalizado por el régimen Ortega-Murillo, estuvo recluido en una celda de máxima seguridad conocida como “El Infiernillo”, que, según expresos políticos, mide unos dos metros y medio de largo por dos metros de ancho y no tiene ventilación.

Tras su detención, el gobierno ha incrementado la represión en contra de la Iglesia católica a través de prohibiciones de actividades religiosas, congelamiento de cuentas bancarias, asedio en las parroquias y la expulsión de al menos 84 religiosos, entre sacerdotes y monjas. Según las cuentas de la investigadora nicaragüense Martha Patricia Molina, citada por El Confidencial, se calcula que 44 religiosos y 40 monjas han salido del país en estos últimos cinco años, con mayor énfasis del 2022 al presente.

*Con información de EFE