A sus 51 años, Halle Berry ha conseguido intrigar a todo Hollywood con su aparente capacidad para resistir el paso del tiempo, lo que es mucho decir en una industria tan obsesionada con la juventud eterna.

Aunque hay quien especula que la intérprete debe de tener escondido en algún lugar un cuadro que envejece por ella, la realidad es que el secreto de su impresionante físico es otro mucho más sencillo y nada tiene que ver con pactos con poderes sobrenaturales o pactos con el diablo: se trata de entrenar con frecuencia y mucha intensidad.

«Básicamente tiene una lista de requisitos imprescindibles en lo que respecta a su físico y hemos desarrollado un plan a prueba de todo. Lo creas o no, practicamos boxeo, algo de kick boxing, un poco de Muay Thai… Trabajamos en todas esas habilidades y también hace algunos ejercicios de fuerza y resistencia», explica su entrenador personal, Peter Lee Thomas.

«Utiliza pesas de todo tipo, hace ejercicios en la barra y muchos esprints arrastando objetos pesados o empujándolas. Se trata de una forma muy sencilla de activar el metabolismo de cualquier persona».

Por norma general, la actriz (madre de dos niños, uno de los cuales nació cuando tenía 47 años) realiza cinco sesiones intensivas de entrenamiento a la semana, con un rigor y entrega que consigue impresionar incluso a los deportistas profesionales.

«Nunca he conocido a nadie que entrene tan duro y con tanta dedicación. Cada día es un poco más rápida y más fuerte, y se vuelve un poco más atlética. Jamás me había cruzado con nadie que pudiera conseguir lo que está consiguiendo ella», dice el entrenador.

Pero en el caso de Halle Berry, no todo se basa en el ejercicio físico. La estrella también sigue un riguroso plan de alimentación desde que, con 19 años, le diagnosticaran diabetes: tras unos cuantos sustos de salud, decidió cortar radicalmente el consumo de azúcares procesados y abrazó una dieta basada principalmente en las verduras.