El cortejo fúnebre del expresidente de Venezuela Hugo Chávez recorrió ayer desde el Hospital Militar de Caracas hasta la Academia Militar, rodeado de miles de seguidores que lloraban por el carismático líder.

El féretro, cubierto con la bandera venezolana, apareció en la entrada del hospital antes del mediodía.

Apoyada en él, Elena Frías, madre del exmandatario, lloraba desconsolada tapándose la cara con un pañuelo mientras sonaba el himno venezolano en la apertura del acto.

Tras la breve oración dirigida por un capellán militar, el ataúd fue colocado sobre un carro fúnebre e inició una lenta marcha por la capital, resguardado por miembros de la Guardia de Honor Presidencial.

El vicepresidente Nicolás Maduro, vestido con una chaqueta deportiva con los colores de la bandera venezolana, caminaba delante del carro junto al presidente boliviano, Evo Morales, y a otros ministros y autoridades venezolanas.

Según Globovisión, no lo acompañó durante ese periplo el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Diosdado Cabello, quien luego de la misa en el Hospital Militar no se unió al grupo de Maduro.

Miles de seguidores, muchos vestidos con camisetas rojas, el color del chavismo, formaron una marea que acompañó el cortejo decorado con flores blancas y amarillas, mientras otros lo observaban encaramados en los balcones de los edificios.

Los asistentes al desordenado cortejo, en medio de empujones, daban vivas al fallecido presidente y tomaban fotos con sus celulares, una escena impensable hasta hace algunos meses cuando el propio Chávez declaró que estaba curado del cáncer que se le detectó en 2011.

Las lágrimas parecían intensificarse cuando, de parlantes colocados en camiones, se escuchaban estrofas del himno nacional cantadas por el propio Hugo Chávez.

El cortejo llegó a la Academia Militar, en donde fue instalada la capilla ardiente y fueron colocados con los restos del exmandatario.

El fallecimiento de Hugo Chávezconmocionó al país, y miles de sus simpatizantes salieron a las calles al conocer el martes la noticia anunciada por Nicolás Maduro.

Escenas desgarradoras viven desde entonces centenares de fieles seguidores y simpatizantes del exmandatario, en el poder desde 1999.

La Guardia Nacional cercó la entrada del Hospital Militar. Una gran tela fue colocada en la fachada del centro médico con la leyenda: «¡Chávez vive, la lucha sigue!».

La Academia Militar fue elegida para las exequias porque Chávez la consideraba su segundo hogar y cuna de la revolución que lideró el ex teniente coronel del Ejército.

El canciller Elías Jaua informó que la capilla ardiente estará abierta hasta el viernes (mañana) para que «el pueblo pueda ver a su padre, a su libertador, a su protector»…

El ministro de Defensa, Diego Molero, indicó que, una vez que el féretro llegue a la academia, le rendirán los honores correspondientes. Otra vez sonarán 21 cañonazos en su honor y luego uno cada hora hasta el viernes, día del entierro.

La madrugada de ayer comenzaron a llegar mandatarios de varios países, que asistirán al funeral de Chávez previsto para mañana, a las 10:00 de Caracas, 09:30 de Ecuador.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y su homólogo uruguayo, José Mujica, fueron los primeros en llegar, seguidos por el boliviano Evo Morales.

Citado por diario El Universal, el canciller Elías Jaua dijo que 10 mandatarios, entre ellos Rafael Correa, de Ecuador, confirmaron su presencia en las exequias del tres veces presidente venezolano.

La Casa Blanca planea enviar una delegación a Venezuela para el funeral del presidente Chávez.

Maduro los acusó de proponer proyectos desestabilizadores a militares venezolanos, algo que el Departamento de Estado y el Pentágono rechazaron rotundamente.

El ministro de Defensa se adelantó. Ayer se pronunció a favor de que los restos de Hugo Chávez reposen en el Panteón Nacional de Caracas, junto al Libertador Simón Bolívar, a quien tanto admiró y emuló.

Esa idea es apoyada por miles de venezolanos. «¡Con Simón, Chávez al Panteón!», gritaban ayer los chavistas que acompañaron a su presidente y comandante en su último recorrido por la capital venezolana.