«No hay duda de que el presupuesto Ryan representa una serie de decisiones políticas con las que el presidente (Barack Obama) está profundamente en desacuerdo», dijo el vocero presidencial Jay Carney.

El plan presentado por el presidente del Comité del Presupuesto en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, propone equilibrar el balance federal en 10 años recortando 4.6 billones de dólares adicionales sin recurrir a mayores aumentos de impuestos.

La iniciativa incluye un gasto gubernamental de alrededor de 41 billones de dólares hasta 2023 bajo la proyección de crecimiento para la economía estadounidense del 3.4 por ciento anual.

Carney dijo que Obama cree que existe una oportunidad de que los demócratas y los republicanos unan fuerzas en torno a un plan equilibrado para fomentar la economía y reducir el déficit fiscal.

Esto último, insistió, sólo será posible mediante inversiones para crear empleos, recortar los gastos innecesarios y fortalecer programas tales como Medicare y Medicaid.

Hablando en su habitual conferencia de prensa, Carney insistió que este enfoque requerirá que ambos partidos hagan concesiones y tomen decisiones difíciles.

«Aunque el presupuesto republicano de la Cámara de Representantes tiene entre otros propósitos el de reducir el déficit, las cifras simplemente no cuadran», indicó.

Carney hizo notar además que la propuesta republicana para reducir el déficit «no les pide nada a los estadounidenses más ricos y tiene graves consecuencias para la clase media».

«Al optar por dar a los estadounidenses más ricos un nuevo recorte fiscal, este presupuesto no logrará una reducción significativa del déficit, o les aumentará los impuestos a las familias de la clase media en más de dos mil dólares, o resultará en ambas cosas», dijo.

Dijo que Obama ha presentado un enfoque equilibrado a la reducción del déficit donde no se excluye «ninguna vaca sagrada», aludiendo programas de asistencia y sectores del gobierno como el de Defensa.