La guerra en Siria dejó más de 215.000 muertos desde el inicio de la revuelta contra el régimen de Bashar al Asad el 15 de marzo de 2011, anunció el domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

«Hemos contabilizado 215.518 muertos en cuatro años de guerra, de los cuales 66.109 eran civiles», afirmó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH, que dispone de una amplia red de fuentes en Siria.

Entre las víctimas civiles, 10.808 eran niños.

Más de 5.000 personas murieron desde principios de febrero, añadió.

Del lado de los rebeldes sirios moderados, 39.227 han muerto en la contienda, un balance que incluye a los combatientes kurdos sirios.

Los grupos yihadistas (Frente al Nosra y el Estado Islámico) han perdido a 26.834 de sus hombres, según el OSDH, una ONG con sede en Inglaterra.

Del lado de las fuerzas prorrégimen, la ONG cuenta 46.138 soldados fallecidos, 30.662 milicianos de las fuerzas de defensa nacional, 674 miembros del Hezbolá chiita libanés, y 2.727 milicianos chiitas de otros países.

El OSDH contabilizó otros 3.147 muertos no identificados.

El balance, matizó Abdel Rahman, «es seguramente superior a los 215.000 muertos contabilizados, por el gran número de desaparecidos cuya suerte se ignora».

Según él, hay que añadir las 20.000 personas que se encuentran en las cárceles del régimen y consideradas como desaparecidas.

También se ignora la suerte de miles de civiles y combatientes que han sido secuestrados.

«Hay más de 215.000 muertos, mientras la comunidad internacional se mantiene en silencio y ningún tribunal internacional castiga estos crímenes», denuncia Rami Abdel Rahman.

Según él, «la impunidad anima al asesino a continuar con sus crímenes».

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