El Masters de París parece querer sorprender en cada ronda. La eliminación de Carlos Alcaraz en su debut contra Román Safiulin no pareció haber llenado el deseo de caos en París. Apenas unas horas después saltó al campo el campeón reinante, Daniil Medvédev, junto al retador, testarudo, Grigor Dimitrov.

Y la duda y la sorpresa volvieron a apoderarse de la capital francesa. El bulgaro está gozando de un final de temporada utópico, la gira asiática pareció sentarle muy bien, ocasionó que su juego fuera, poco a poco, más dinámico y lúdico.

Hace unas semanas venció a Alcaraz en Shanghai, y este miércoles logró imponerse en su partido contra Dannil, el autoproclamado enamorado de las superficies duras. A Grigor solo le costó 7 puntos para partido quebrar el espíritu combativo y orgulloso de Medvédev, que salió con cara de pocos amigos, y lanzando lo que algunos consideraron gestos irrespetuosos contra el público parisino.

Dimitrov jugó mejor, con su actitud confiada y galante, de quien no tiene nada que perder, y no olvidó dedicarle una mueca de incredulidad a las gradas tras terminar el partido.

Félix Auger-Aliassime no la está pasando bien este año. Ha estado batallando contra sí mismo en una pelea que parece perdida; no ha logrado retomar su nivel soñado y poco a poco se va a alejando cada vez más del top 10 del ranking.

El canadiense alcanzó el número seis del mundo en noviembre del 2022, pero parece que su mejor versión ha sufrido un colapso deportivo, ahora está en la plaza 19, ha perdido 18 partidos y ganado apenas 22 en el año y acaba de ser eliminado este miércoles en la segunda ronda del Masters de París de las manos de Stefanos Tsitsipas.

Su verdugo también atraviesa una lucha tergiversada y confusa por encontrarse con el nivel demostrado en 2021. Lo del griego fue una muestra absurdamente volátil de su tenacidad y congruencia; logró superar la racha de errores no forzados que lo inundó al inicio del segundo set; retomó su servicio cuando ya todo parecía perdido, cuando un tercer set se antojaba plausible, y remató el partido con un tie break impecable y consistente.

Felix no pudo sino felicitarlo por el partido vehemente e irse para el vestuario con una nueva derrota ahogando su victoria fugaz en el Swiss Indoors frente a Hubert Hurkacz, donde todo parecía sonreírle.

Novak Djokovic, por su parte, eliminó sin sobresaltos a un anonadado y febril Tomás Echeverri, que sufrió una versión impecable del serbio, impávido ante los reveses furiosos del argentino y su juego agónico. El argentino no pudo evitar demostrar su admiración por el actual número 1 del mundo, al que ya ha enfrentado en dos ocasiones.

Le dio unas palmadas en la espalda, lo abrazó de costado y seguramente le deseo un buen torneo, a lo que Novak respondió sonriente y ladino, sin parecer irritado o cansado, aunque con este partido haya logrado superar a Rafael Nadal en número de partidos jugados en el circuito ATP, acumulando 1.289, uno más que el español; queda por detrás de Ivan Lendl, Roger Federer y Jimmy Connors.

Alex De Minaur perdió el primer set contra Dusan Lajovic, y aunque en el resto del partido tampoco demostró una superioridad superlativa, se bastó de su autoridad y experiencia para poder eliminar al serbio tras dos sets bastante cerrados. Lo que no fue posible para un agotado y desconocido Tommy Paul, que desaprovechó 14 de las 16 oportunidades de quebrar que tuvo en su partido contra Botic van de Zandschulp.

Taylor Fritz no pudo jugar contra Daniel Altmaier por una lesión abdominal y el alemán avanzó a siguiente ronda, con un día de descanso imprevisto y bien recibido, mientras que Hurkacz tuvo un partido rutinario contra Roberto Bautista Agut, al que eliminó en sets seguidos y quien no mostró demasiada resistencia ante el polaco, que aún tiene chances de meterse en el ATP Finals si sigue con paso firme y Tsitsipas, Holger Rune o Alexander Zverev tropiezan de forma prematura en el torneo.

Ugo Humbert por poco sorprende al mencionado Zverev en un partido con muchos altibajos y puntos discretos, el alemán aún navega sobre su sombra luego de la lesión sufrida en Roland Garros 2022, y cada partido parece ser una agónica réplica de su versión magullada.

Tanto él como Ugo tuvieron 13 ocasiones de quebrarse el servicio, tuvieron un porcentaje de primeros servicios superior al 80% y el último set tuvo que definirse en el tie break, porque el local se negaba a rendirse y el alemán encontraba pocas armas eficaces para doblegarlo.

Al final pareció que la victoria famélica fue firmada por ambos, agotados, tras tres horas de partido. De una forma un poco más cómoda Holger Rune eliminó a Dominic Thiem, quien definitivamente se ha convertido en una versión minimizada de sí mismo, aquel Thiem ganador, guerrero, incansable, se encuentra errante en el pasado lejano. El danés, por su lado, ha ido recuperando ritmo luego de contratar al que fue entrenador de Novak Djokovic entre 2013 y 2016, Boris Becker.

A Fran Cerúndolo la semana se le alarga. No le bastó con remontar contra el local Gael Monfils, contra el que caía en primera ronda. Tampoco con luchar contra el público, volcado afablemente a favor del francés, sino que tuvo que eliminar a Casper Ruud, quien tras el traspié también terminó despidiéndose de toda esperanza que aún guardaba de ir a Turín, a disputar el ATP Finals. Cosa que el argentino pareció ignorar, pues al encontrarse con él en la red le deseo “suerte en Turín”, a lo que el noruego, con una sonrisa sincera y perspicaz, respondió que iba a disfrutar de la pretemporada.

Luego de eso Fran no pudo evitar una sonrisa socarrona y avergonzada. El argentino se une a la pequeña lista de compatriotas en lograr al menos 13 triunfos en Masters 1000 en una temporada, y es el único en hacerlo antes de los 26 años, junto a él están, Juan Martín Del Potro, David Nalbandian, Guillermo Coria, Gastón Gaudio y Juan Mónaco.

Además Cerúndolo logró acumular su quinta victoria contra un top 10 esta temporada; Auger-Aliassime en Miami, Ruud en Barcelona y en París, Sinner en Roma y Fritz en Roland Garros han caído contra el nacido en Buenos Aires.

Los últimos en entrar en acción fueron Jannik Sinner y Mackenzie McDonald. El público estaba visiblemente cansado, había sido una jornada larga, con sobresaltos y caídas repentinas. De repente, el partido del italiano con más títulos ATP en la historia parecía secundario y fútil, la madrugada en París era fría; y McDonald se encargaría de enfriarla un poco más, logrando arrebatarle el primer set a un Sinner cabizbajo y desdibujado, con semblante díscolo y perdido.

Jannik se mostró irritado, el estadounidense golpeaba fuerte, jugaba a su ritmo, impetuoso, y el poco público que asistió a la cancha central lo apoyó como si fuera francés. Pero la energía del italiano terminó sacándolo del hoyo imaginario en el que se sumergió tras las sorpresivas derrotas de Alcaraz y Medvédev, que sin duda lo perseguían y amenazaban.

Ganó un obligatorio segundo set, y empezó a quebrantar el espíritu de Mackenzie, que ya no atacaba y acertaba tanto como al inicio del partido. Sinner ganó, con la tranquilidad de estar invitado ya a Turín, y con Carlos y Daniil aplanando un poco el camino en lo que resta de torneo en París.