Estados Unidos enfrenta una ola de asaltos a farmacias, en un momento en que adictos desesperados y narcotraficantes menudistas recurren a la violencia para satisfacer la demanda creciente de analgésicos.

Desde Redmond, en el estado noroccidental de Washington, hasta Saint Augustine, en la Florida, los delincuentes amenazan a los farmacéuticos a punta de pistola, antes de escapar con miles de píldoras potencialmente adictivas que pueden venderse incluso a 80 dólares cada una en el mercado negro.

En uno de los crímenes más estremecedores a la fecha, un ladrón ingresó a una farmacia de un barrio en Long Island, Nueva York, el 19 de junio y mató a tiros al dependiente, a una cajera adolescente y a dos clientes, antes de marcharse con una mochila repleta de píldoras de hidrocodona o dihidrocodeinona, una droga opiácea.

Los robos a mano armada en farmacias aumentaron 81% entre 2006 y 2010, de 380 a 686, informó el Departamento Antidrogas Estadounidense (DEA). El número de píldoras robadas ascendió de 706.000 a 1,3 millones. Muchos de los ladrones se llevan analgésicos de oxicodona, como Vicodin y Norco. Ambos narcóticos son altamente adictivos.

La mayoría de los asaltos no deja heridos, pero las autoridades están preocupadas porque creen que el riesgo de que se derrame sangre crece a medida que se multiplican estos casos. En septiembre, un cajero fue asesinado a tiros y una mujer embarazada resultó herida en un pie cuando sobrevino un tiroteo entre un asaltante y un empleado armado en una farmacia de un suburbio de Sacramento, California.

En abril, un sujeto armado mató a un boticario en Trenton, Nueva Jersey, antes de robar 10.000 dólares en píldoras.

Los robos reflejan un aumento en el consumo indebido de analgésicos narcotizantes a nivel nacional.

Actualmente, los analgésicos que requieren de receta médica para su venta son el segundo fármaco del que se abusa más, después de la marihuana. Unos siete millones de estadounidenses los consumieron ilegalmente a mediados de este año, informó el Departamento de Salud y Servicios Humanos. El número de pacientes atendidos en las salas de urgencias por sobredosis de este tipo de medicamentos se elevó a más del doble entre 2004 y 2008, de 144.644 a 305.885.

Los minoristas de narcóticos podrían estar recurriendo a la violencia en un momento en que las autoridades combaten otras formas de obtener estos analgésicos, dijo Carreño. Muchos estados han instalado sistemas informáticos para combatir una práctica común entre los adictos, que consultan a varios médicos en forma simultánea, a fin de que cada uno de ellos le recete los analgésicos a los que tienen dependencia.