En un armario de la institución educativa en la que trabajaba fue hallado el cuerpo de la maestra de 23 años que acabó con su vida en julio. A pesar de que su nombre no fue revelado por las autoridades, la BBC logró contactarse con el primo de la docente, quien le narró al medio lo que escribió su familiar un mes antes de su muerte. “Siento una presión muy fuerte en el pecho. Me ahogo. Siento que me voy a caer. Ni siquiera sé dónde estoy”.

La noticia de la muerte, que en un principio se atribuyó por una ruptura amorosa por parte de las autoridades, desató una serie de denuncias de profesores de la nación asiática. La maestra Kim Jin-seo, quien participó en las protestas, le relató a la BBC que varios profesores había tenido pensamientos suicidas y que tuvieron que pasar tres meses fuera de las aulas después de dos quejas hechas por los padres de familia.

Para el mismo medio, un padre de familia mostró un chat grupal en que los progenitores se aconsejaban unos otros para acosar a una maestra: “Si bloquean tu número, llama a los teléfonos de tus familiares y amigos”, decía uno de los miembros.

Al parecer, los educadores, especialmente de escuela primaria, estarían sufriendo hostigamiento por parte de algunos padres que, tras accidentes con otros niños o medidas disciplinares tomadas por los maestros, los acusan de maltrato infantil. El aumento de denuncias de este tipo hacia los profesores aparentemente tienen raíz en una ley que se implementó en el año 2014 llamada “Ley de Bienestar Infantil”.

Dicha ley sostiene que cualquier persona que sospeche de que se esté presentando un caso de maltrato infantil puede denunciar sin presentar pruebas. Una vez hecha la denuncia es la policía la que se encarga de hacer el seguimiento, en este caso, en las escuelas.

Sin embargo, frente a las pocas limitantes que tiene esta ley en su articulación para la imposición de las denuncias, los docentes son acusados injustamente. De hecho, el Sindicato Coreano de Profesores y Trabajadores de la Educación publicó, en octubre del año pasado, los resultados de una encuesta que le realizaron a 6.243 personas pertenecientes al cuerpo educativo. En esta descubrieron que 6 de cada 10 profesores que denuncian por abusos infantiles son “no culpables”, y solo el 1,5 % son condenados.

El mes de agosto el Ministerio de Educación de Corea del Sur se pronunció respecto a la problemática por medio de un comunicado en el que se leía: “Apoyaremos a los profesores para que puedan centrarse en la educación, sin preocuparse por recibir denuncias indiscriminadas de abuso infantil”. Según el Gobierno asiático, se pondrán en marcha para reforzar la autoridad de los educadores en los centros educativos y planes para garantizar la seguridad de los maestros para “evitar llamadas de los padres a sus teléfonos personales”.