Por 217 votos a favor y 205 en contra, la cámara baja votó rechazar una medida que pondría fin al programa.
El representante republicano Justin Amash había impugnado el programa por considerarlo una recolección indiscriminada de registros telefónicos. Si su propuesta hubiera sido aprobada por la cámara y el Senado y sancionada por el presidente, le hubiera quitado autoridad legal del programa.
La Casa Blanca, expertos en seguridad nacional en el Congreso y la conducción republicana habían cabildeado enérgicamente contra el proyecto de Amash, que recibió el respaldo de la extrema derecha conservadora y algunos demócratas.
La votación difícilmente pondrá fin a la disputa entre los promotores del derecho a la intimidad y los esfuerzos del gobierno para combatir el terrorismo.
