El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, describió este domingo la explosión del sábado en Manhattan como el resultado de «una bomba», pero agregó que «no tenía vínculo con el terrorismo internacional».

«Quien sea que haya colocado esas bombas, lo vamos a encontrar y lo vamos a llevar ante la justicia» dijo el gobernador luego de inspeccionar el sitio de la explosión en el concurrido barrio de Chelsea, ubicado en el corazón de Manhattan.

La explosión, que ocurrió en la calle 23 en el este de Manhattan, dejó 29 heridos, uno de ellos de gravedad, y numerosos daños materiales.

El gobernador también confirmó que otro artefacto explosivo –un especie de olla de presión a la cual habían sido conectado cables eléctricos y un teléfono celular- fue encontrado sin estallar unas cuadras más lejos, sobre la calle 27.

Cuando está a punto de iniciarse la asamblea general de la ONU, el dispositivo de seguridad de la metrópoli fue reforzado con unos 1.000 policías suplementarios desplegados «por precaución», indicó el gobernador.

Cuomo subrayó, sin embargo, que estas medidas están siendo tomadas por «precaución». «No tenemos ninguna razón para pensar que hay otras amenazas inmediatas», indicó.

El gobernador también señaló que sus servicios de vigilancia colaboran con los del estado vecino de Nueva Jersey, donde otro aparato explosivo estalló el sábado, sin dejar víctimas. Indicó que no hay relación entre los dos incidentes.

Una bomba artesanal fue colocada el sábado en Nueva Jersey en la ruta de una carrera organizada por el cuerpo de Marines.

El artefacto estaba programado para hacer explosión en un punto en el que los competidores de la carrera de 5 kilómetros debían pasar frente a un cesto de basura donde estaba oculta la bomba. Pero el retraso en la salida de la carrera evitó que la explosión hiriera a alguien, dijo Al Della Fave, portavoz de la fiscalía local.