El probable bombardeo estadounidense a un hospital en la ciudad afgana de Kunduz, que mató a 9 miembros del equipo de Médicos sin Fronteras el sábado, «no tiene excusa» alguna y es posiblemente criminal, afirmó el jefe de derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein.

Zeid pidió una completa y transparente investigación del hecho, y afirmó que si se «considera que debe ir a una corte de justicia, un bombardeo a un hospital puede ser considerado como crimen de guerra».

“Este hecho es absolutamente trágico, inexcusable y posiblemente incluso criminal”, añadió Zeid en comunicado.

Médicos sin Fronteras — conocido por su acrónimo MSF — informó que el bombardeo se prolongó más de 30 minutos después de que Estados Unidos fuera informado y que a Afganistán y a funcionarios estadounidenses se les hubiera dado las coordenadas precisas de los lugares con presencia de servicios de MSF.

El ministro de Defensa dijo que militantes tenían como objetivo a militares en el edificio del hospital.

La OTAN reconoció que fuerzas estadounidenses podrían estar detrás del bombardeo, pero no se refirió a las específicas reclamaciones de MSF, que desde hace tiempo atiende a los heridos en ambos lados del conflicto.

Zaid agregó que “los planificadores militares internacionales y afganos tienen la obligación de respetar a los civiles en todas las ocasiones, y los lugares de atención médica y su personal son objeto de una protección especial».

«Estas obligaciones deben ser aplicadas sin importar cual fuerza aérea sea y en todos los lugares», puntualizó.

MSF confirmó que decenas de personas resultaron heridas y que se desconoce el paradero de muchos pacientes y personal del hospital.