El púgil británico Tyson Fury abandona sus títulos de campeón mundial de los pesos pesados OMB y AMB «con efecto inmediato» para concentrarse en su «tratamiento médico y su restablecimiento», según un comunicado difundido por su promotora Hennessy Sports.

Fury, de 28 años, admitió que tomó «mucha cocaína» por su depresión. Iba a ser despojado de sus títulos después de anular dos combates previstos contra el ex campeón ucraniano Vladimir Klitschko.

«Me parece justo y honesto, y bueno para el boxeo, guardar en activo estos títulos y permitir que otros pretendientes peleen por los cinturones vacantes que he ganado y conservado con orgullo», declaró Fury en un comunicado difundido a última hora.

«Gané estos títulos en el cuadrilátero y pienso que se deben perder en el cuadrilátero, pero soy incapaz de defenderlos en este momento», agregó.

Su promotor Mick Hennessy calificó como «desgarradora» esta decisión. «Tyson regresará más fuerte y haré lo necesario, da igual los obstáculos, para no sea sólo un regreso sino que recupere lo que le pertenece por derecho», declaró Peter Fury, su tío y entrenador. «Me siento muy orgulloso de lo que ha realizado mi sobrino», añadió.

El British Boxing Board of Control, que gestiona el boxeo profesional inglés en el Reino Unido, se reunió el miércoles para decidir si le retiraba la licencia a Fury por sus problemas de drogas. Debía comunicar su decisión este jueves.

– «Estoy harto de la vida» –

Controlado positivo de cocaína el 22 de septiembre, Fury anunció al día siguiente que renunciaba a su combate previsto el 29 de octubre contra el ucraniano Vladimir Klitschko, por encontrarse «médicamente inapta para combatir», sin más precisiones.

Había anulado una primera revancha en julio debido a una lesión de tobillo.

Previsto en Manchester, este nuevo combate entre los dos púgiles había levantado mucha expectación: Fury dio la campanada al imponerse por puntos a Klitschko en Dusseldorf (Alemania) el 28 de noviembre de 2015 y adjudicarse las tres coronas, AMB, OMB e FIB.

Luego fue desposeído del título FIB por haberle dado la revancha al ucraniano, en lugar de aceptar al aspirante designado por la International Boxing Federation, Vyacheslav Glazkov.

El 3 de octubre, el británico imprevisible anunció en Twitter su retirada, antes de retractarse al cabo de unas horas asegurando que se trató de una broma a la prensa. Indicaba asimismo que se medicaba para luchar contra una severa depresión.

«No me entreno más, soy depresivo, estoy harto de la vida», había declarado el campeón del mundo en una entrevista publicada el 5 de octubre en la revista Rolling Stone, y reconocía que había tomado «mucha cocaína» por esos trastornos.

«La cocaína es algo muy pequeñito comparado con el hecho de que no quiero vivir más», agregó. «Honradamente, no sé si voy a pasar de este año. Sólo espero que alguien me mate antes que matarme yo mismo».

Muy controvertido por sus declaraciones que estigmatizaban a las mujeres o la homosexualidad, Fury fue suspendido provisionalmente el 24 de junio por la Agencia Antidopaje británica (UKAD) tras la detección en febrero de una sustancia prohibida en la orina. La suspensión fue levantada a la espera de una audición prevista el 4 de noviembre.