China afirmó este miércoles que el Tíbet vivió un gran período de desarrollo desde la huida del dalái lama hace 60 años y pidió a la comunidad internacional que no se deje «hechizar» por el líder religioso.

«Los países que nos atacan sobre la cuestión de los derechos humanos no conocen la situación en el Tíbet, o bien se creen los rumores de los grupos separatistas como el del dalái lama, o están hechizados por ellos», dijo este miércoles Norbu Dondrup, vicepresidente de la región autónoma del Tíbet.

El responsable, que es tibetano y miembro del Partido Comunista Chino, habló durante la presentación en Pekín de un informe oficial sobre lo que las autoridades llaman la «reforma democrática» del Tíbet en los últimos 60 años.

Norbu Dondrup defendió la toma del territorio por parte china asegurando que el régimen anterior era «más sombrío y atrasado que la Edad Media europea» y que el 95% de la población eran siervos.

En 1951 el ejército chino tomó el control de este territorio del Himalaya, tras cuatro décadas de independencia de facto tras la caída del imperio chino.

En 1959 China puso fin al régimen teocrático del dalái lama, el líder religioso budista que luego huyó a India. Desde entonces las autoridades chinas aseguran haber invertido mucho en la región para modernizarla y mejorar el nivel de vida.

Sin embargo las organizaciones de defensa de derechos humanos y el gobierno tibetano en el exilio acusan a Pekín de reprimir la religión, la cultura y cualquier intento de separatismo.