Los últimos partidos entre Colombia y Brasil han estado marcado por los golpes y los roces. Se evidenció hasta en el partido por octavos de final de los Juegos Olímpicos. Desde el partido por cuartos de final de la Copa del Mundo de Brasil 2014 estos duelos han sido candentes, con exceso de faltas, demasiada pierna fuerte. Lo que ha hecho crecer el morbo cada vez que estos dos equipos se enfrentan.

Todo inició en Fortaleza. Ese partido que definía el semifinalista que enfrentaría a Alemania fue un juego con muchos roces. El árbitro Carlos Velasco Carballo permitió la pierna fuerte. Fue un encuentro en el que hubo muchas faltas, pero la más recordada fue el rodillazo de Camilo Zúñiga a Neymar, que sacó al brasileño de la Copa del Mundo. “El sueño de mi infancia era ser campeón del mundo, se frustró por culpa de una lesión que estuvo a punto de dejarme fuera del fútbol por el resto de mi vida”, dijo Neymar.

Aunque dos meses después del Mundial intentaron dejar las fricciones de lado. El partido en Miami también tuvo sus roces. La tensión y la intensidad dominaron el partido, que por momentos perdió su etiqueta de amistoso con hasta siete cartulinas amarillas y la expulsión de Juan Guillermo Cuadrado. Todo esto se trasladó hacia la Copa América donde las diferencias estallaron.

Durante todo el enfrentamiento Neymar se quejó de la pierna fuerte contra él. Y al final, por la frustración, le dio un pelotazo en la espalda a Pablo Armero y eso desató una pelea entre Carlos Bacca y el delantero del Barcelona, que terminó con la expulsión de los dos. “Los jugadores colombianos pegan de más y después me quieren venir a pedir disculpas”, dijo Neymar tras el partido. Al brasileño lo sancionaron con cuatro partidos, por la pelea y porque insultó a uno de los jueces en el túnel de regreso a los camerinos. A Bacca le metieron dos jornadas de sanción. Nuevamente los ánimos quedaron al rojo vivo.

Precisamente esto llevó a que el último encuentro entre Brasil y Colombia fuera para el olvido. En los Juegos Olímpicos de Río 2016, Neymar provocó repetidamente a los jugadores del combinado nacional. Incluso incurrió en una falta descalificadores sobre Andrés Felipe Roa. El juez, el turco Cuneyt Cakir, le perdonó la expulsión. Y de lado y lado hubo empujones e insultos. “Jugamos de igual a igual, ellos inteligentemente disputaron el partido a la forma de ellos, caímos un poco ahí, pero nos vamos con la cabeza en alto porque jugamos bien al fútbol”, dijo Teófilo Gutiérrez tras el encuentro.

Nuevamente Colombia y Brasil se ven las caras. Esta vez el encuentro será en Manaos y los jugadores nacionales saben que hay que tener cuidado con el show de Neymar y no hay que dejarse provocar. “Es necesario tener mucha tranquilidad dentro del campo, hay que tener mucha inteligencia. Sabemos, primero, de la capacidad que tiene Neymar futbolísticamente, entonces creo que no debemos salirnos de casillas y hacer nuestro trabajo de la mejor forma”, dijo David Ospina.

El arquero de la selección, que vivió tres de los últimos cuatro enfrentamientos, recordó el partido en la Copa América de Chile 2015 e indicó que a pesar de ser siempre difícil enfrentar a Brasil, un equipo con jugadores regados por las mejores ligas del mundo, el del martes será un partido diferente: “cada juego es cada juego”. De igual manera, Juan Guillermo Cuadrado resalta que todos conocen la capacidad que tiene Brasil, “pero no debemos estar pensado sólo en ellos. Tenemos que estar atentos a nuestro juego y preparación”, resaltó. “No caeremos en provocaciones y vamos a intentar mantener el control, porque jugadores de nivel siempre traen peligroso”, añadió el jugador colombiano.