Al menos 3.915 civiles han muerto en Siria por los bombardeos de la aviación rusa, que comenzaron el 30 de septiembre de 2015, lo que supone casi el 42 % del total de las 9.524 personas fallecidas por estos ataques aéreos en el país árabe, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

El Observatorio destacó que los bombardeos de Rusia también han causado en este tiempo la muerte de 2.758 miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y de 2.851 combatientes de facciones armadas sirias e islámicas, entre las que figura el Frente de la Conquista del Levante (antiguo Frente al Nusra y exfilial siria de Al Qaeda).

Esta última organización suele luchar junto a los grupos rebeldes sirios y está mezclada sobre el terreno con ellos.

El Observatorio subrayó que ha detectado el uso por parte de Rusia de proyectiles con una sustancia denominada termita, que contiene polvo de aluminio y óxido de hierro, y que origina quemaduras, porque se mantiene en ignición durante 180 segundos tras ser lanzada.

La ONG agregó que los aviones rusos también han lanzado bombas incendiarias de racimo.

Tanto Moscú como Damasco afirman que los bombardeos son contra organizaciones terroristas, pero el Observatorio y opositores aseguran que también tienen como objetivo zonas residenciales y bases de grupos opositores, como el Ejército Libre Sirio (ELS).

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá hoy con carácter de urgencia para analizar la situación en Siria, en medio de llamamientos de Naciones Unidas para detener los bombardeos indiscriminados contra la ciudad septentrional de Alepo.

Francia y España han intentado en los últimos días llevar al Consejo de Seguridad un proyecto de resolución para exigir un alto el fuego en Siria, pero Rusia, que tiene derecho de veto, no se ha mostrado muy entusiasmada con la iniciativa.