En época donde el streaming tiene cada día más importancia y seguidores, Netflix aprovechó los datos globales de transmisión de datos por Internet, a nivel mundial, y analizó las primeras temporadas de algunas de las series más importantes de la actualidad (no sólo las producidas por ellos) con la intención de encontrar indicadores de los momentos en que los espectadores se engancharon.

La información de la campaña llamada ‘Hooked‘ se obtuvo a partir de cuentas de miembros que vieron la primera temporada de todas las series seleccionadas entre enero y julio de 2015 en Brasil, Bélgica, Canadá, Alemania, Irlanda, México, Holanda, Noruega, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos, y entre abril y julio de 2015 en Australia y Nueva Zelanda.

El ‘episodio gancho‘ al que se refiere es cuando el 70 % de los espectadores que vieron el episodio siguieron viendo la primera temporada completa. Los episodios a los que se engancharon se identificaron primero por país y después se promediaron para definir el episodio gancho global. El capítulo al que se engancharon no tiene correlación con el total de espectadores o con la deserción.

Es por eso que el estudio indica que «el 70% de los espectadores que vieron el episodio ‘gancho’ continuaron y completaron la primera temporada, es decir los miembros se engancharon y no hubo marcha atrás«.

«Dado lo preciado que son los espacios de horarios estelares en la televisión tradicional, nosotros argumentamos que el piloto es el episodio más importante de la vida de un show«, explica Ted Sarandos, director de contenidos de Netflix.

«En nuestra investigación, compuesta de 20 series en 16 países, encontramos que nadie se engancha en el piloto y esto confirma que proporcionarles todos los episodios al mismo tiempo a nuestros miembros está más alineado con la forma en que se crean los fans», añade.

Aunque los datos revelaron cuál fue el episodio ‘gancho’ o que retuvo a los fans, no señalaron los momentos específicos. Sin embargo, las conclusiones dicen que «Breaking Bad» capturó audiencia cuando Walter y Jesse tuvieron que utilizar una moneda para decidir quién de ellos mataría a Krazy 8, «pero no podemos negar que el momento cuando los restos disueltos en ácido de un narcotraficante caen desde el techo, es cuando los espectadores decidieron quedarse a ver cómo se resolvería la temporada (episodio 2)«.

Otro ejemplo es cuando Crazy Eyes se embarca en una montaña rusa emocional con Piper, primero le ofrece poemas y después fluidos corporales en «Orange is the New Black«, pero no es hasta que arroja un pedazo de torta para proteger el honor de su (entonces) «esposa» que el público cae bajo su hechizo (episodio 3).

Pero en «Dexter«, por ejemplo, cada episodio termina con un muerto y es hasta que el protagonista revive su primer asesinato (episodio 3) cuando los televidentes se «rindieron a los pies de la historia».

«Hacer una serie para Netflix implica una sensación de intimidad muy especial. Saber que existe una audiencia que nos dedica su atención absoluta y que, en esencia, invita a los personajes a pasar a su casa nos ha permitido desarrollar historias a un ritmo más natural«, comenta Marta Kauffman.

«En el cuarto episodio de la serie, Grace y Frankie deben enfrentar su miedo, enojo e incertidumbre para poder seguir adelante: Para mí, como creadora, ese punto es clave para cambiar el enfoque de la historia del pasado hacia el futuro. Saber que la audiencia nos acompaña en ese momento es muy agradable».

Aunque el episodio al que se engancharon los espectadores fue relativamente consistente alrededor del mundo, existieron algunas diferencias geográficas.

Los holandeses, por ejemplo, tienden a enamorarse de las series más rápido, adelantándose a los otros países hasta por un episodio, sin importar la serie.

Los alemanes quedaron atrapados por «Arrow» muy rápido mientras que, en Francia, se hicieron fanáticos de «How I Met Your Mothe»r antes que nadie.

Los brasileños se engancharon con Jimmy McGill de «Better Call Saul» antes que los mexicanos.

En Australia y Nueva Zelanda los espectadores se tardan más que el resto del mundo en engancharse, incluso uno o dos episodios después de todos los demás sin importar de qué serie se trate.

A pesar de las diferencias, el momento de retención no se correlaciona con el tamaño de la audiencia ni con la deserción, independientemente de la serie, del número de episodio o el país.