Napoleón de Ridley Scott parece no haber convencido a la crítica, especialmente en Francia. Numerosos expertos han criticado la cinta, y no solo por las imprecisiones históricas que ya señalaron anteriormente algunos expertos.

El diario Libération aseguró que la cinta estaba “muy segura de su banalidad”, mientras que Le Monde recalcó la “simplicidad” de la visión de Scott. Le Figaro aprovechó para publicar una revista de edición especial sobre Napoleón y contaron con el testimonio de Thierry Lentz, director de la Fundación Napoleón, que calificó la actuación de Joaquin Phoenix como “un poco vulgar, una un poco grosera, con una voz que no encaja en absoluto”.

“Esta película, muy antifrancesa y muy proinglesa, tiene sin embargo un espíritu poco inglés, porque los ingleses nunca han comprometido su admiración por su enemigo”, dijo el historiador Patrick Gueniffey en la revista Le Point. “Es difícil no considerar este acercamiento como la venganza histórica del inglés Ridley Scott. ¿Un Austerlitz del cine? Más bien Waterloo”, valoró el semanario satírico Le Canard Enchaîné.

“Cuando hablamos de Napoleón, en realidad estamos llegando al corazón de nuestros principios y de nuestras divisiones políticas. El punto común entre todos los franceses es que Napoleón sigue siendo un tema que influye en nuestra comprensión de nosotros mismos, nuestra identidad”, explicó a New York Times Arthur Chevallier, un experto en Napoleón que ha publicado cinco libros sobre la figura histórica.

Para muchos, Napoleón es el símbolo de una Francia que ha sido atacada por lo que consideran una importación estadounidense de políticas de identidad y el movimiento woke. La última portada del semanario de extrema derecha Valeurs Actuelles lo declaró El Emperador Anti-Woke, y su crítico de cine, Laurent Dandrieu, destacó que en la película “la precisión histórica pasará por la guillotina”.

Sin embargo, Chevallier también destacó positivamente que la cinta ofrece una visión diferente de Napoleón y la revolución que le dio origen a él y a la Francia moderna. En lugar de un líder majestuoso con energía y ambición insaciables, Joaquin Phoenix retrata a un mortal codicioso que es producto de un levantamiento bárbaro y sediento de sangre, algo que algunos encuentran “muy desestabilizador”, dijo Chevallier, pero que consideró interesante e instructivo porque “entiendes por qué Napoleón inspiró tanto odio”.