Los fieles ortodoxos de Ucrania siempre han celebrado la Navidad el 7 de enero, pero este año las cosas cambiaron para muchos, pues la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (OCU) permitió por primera vez adelantar las ceremonias para este domingo 25 de diciembre.

“Es la primera vez que celebramos la Navidad hoy. Lo hacemos para librarnos del pasado común que teníamos con los rusos”, dice a EFE Olga Senyk, residente en la ciudad de Leópolis, al oeste del país. Explica que sus antepasados solían ya solían celebrar la Navidad el 25 de diciembre, antes de que a principios del turbulento siglo XX, por complejas razones políticas, se produjese una discrepancia de dos semanas entre el calendario eclesiástico y el civil.

Jamie Dettmer, del medio estadounidense Politico, explicó que en 2018, la OCU se separó de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UOC), de nombre similar, y que se considera políticamente vinculada a Moscú. “Estamos dando a la gente la opción de celebrar en un día diferente”, dijo el arzobispo Yevstratiy Zoria de la OCU, al mismo medio.

La Iglesia Ortodoxa de Ucrania permitió a sus parroquias llevar a cabo las celebraciones en diciembre y ha acordado con la Iglesia greco-católica ucraniana la creación de una comisión conjunta para unificar sus calendarios religiosos y plantearse su alineación con el que usa la cristiandad occidental.

Los llamados para este cambio, como lo dice Jamie Dettmer, se hicieron más fuertes desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia; más de un tercio de los ucranianos querían cambiar al calendario gregoriano.

La UOC sostiene que la decisión de permitir que las congregaciones se lleven a cabo el 25 de diciembre, poco tiene que ver con cuestiones políticas. “Se trata de responder a numerosas solicitudes y teniendo en cuenta la discusión que se ha dado durante muchos años en la iglesia y en la sociedad”, sostienen, de acuerdo con Politico.

Navidad en medio de la guerra

Normalmente, las calles de Leópolis están abarrotadas en esta época del año, en la que en los puestos de los mercadillos de Navidad solían servir vino caliente y dulces a los miles de transeúntes, muchos de los cuales acudían a visitar la ciudad medieval desde otros centros urbanos como Kiev, Odesa (sur) o Járkov (norte).

Este año, sin embargo, las alarmas antiaéreas sonaron por la mañana durante dos horas, alertando de la presencia de aviones bombarderos rusos dispuestos a lanzar otra vez misiles.

Ayer, cuando muchos ucranianos celebraban la Nochebuena, las fuerzas rusas atacaron ocho regiones del país y causaron la muerte de 17 civiles, la mayoría de ellos en la región de Jersón (sur), hiriendo a otros 70.

En Leópolis los mercadillos de Navidad este año brillan por su ausencia, reemplazados por paneles conmemorativos con biografías de soldados caídos. Delante del ayuntamiento hay un pequeño belén y no se escucha música alta, y, aunque hay algunas personas por las calles, la mayoría aparentan ser vendedores ambulantes.

Aquí y allá se ven uniformes militares, pues algunos soldados con breves permisos han acudido a visitar a sus familias antes del regresar al frente, y también puede observarse a jóvenes que caminan con muletas, a algunos de los cuales les faltan parte de sus miembros.