Cuadrillas de trabajadores restablecieron el servicio eléctrico a casi dos tercios de las viviendas y negocios que perdieron electricidad a causa de violentas tormentas que azotaron las regiones del centro occidente y la costa central del Atlántico durante el fin de semana.

En la noche del martes, las empresas eléctricas informaron que 1,07 millones de clientes continuaban sin electricidad. La oleada de tormentas registradas el viernes por la noche provocaron daños similares a huracanes dejando a obscuras a 3 millones de usuarios desde Indiana hasta Washington, D.C., consecuentemente sin aire acondicionado en pleno verano.

Veinticuatro personas murieron a causa de las tormentas, entre ellos un trabajador del servicio eléctrico que murió al sufrir una caída el lunes en condado Garrett, en el estado de Maryland.

Las empresas eléctricas advirtieron que muchos vecindarios quedarán sin servicio durante gran parte de la semana, y posiblemente más.

La violenta fuerza de los vientos, que derribaron árboles sobre el tendido eléctrico y desplomaron torres de trasmisión y subestaciones eléctricas, han suscitado nuevamente el debate de colocar las líneas por vía subterránea.

Mientras, crece la impaciencia entre las autoridades y la población.

Una andanada de tormentas, un sistema llamado «derecho», cayó la noche del viernes y se extendió rápidamente por la región y las autoridades tuvieron poco tiempo para hacer advertencias. A diferencia de los sistemas tropicales, las autoridades tienen por lo general varios días para alertar a la población y preparar contingentes adicionales de personal de ayuda.

Las empresas eléctricas tuvieron que esperar varios días para la llegada de personal adicional que llegó desde lugares tan distantes como Quebec y Oklahoma.

También resulta urgente atender a los enfermos y los ancianos, que son especialmente vulnerables a las altas temperaturas sin aire acondicionado. Muchas de esas personas buscaron refugio en hoteles y sótanos.

Las autoridades temen que la cifra de muertos pueda aumentar debido al calor y al uso generalizado de plantas portátiles de electricidad, las cuales emiten gases que son peligrosos en lugares cerrados.