Una tormenta en Las Vegas llevó a la cancelación de uno de los acontecimientos de la moda más esperados del año.

 

Ni el agua pudo enfriar los ánimos de la alfombra verde en los Latin Grammy.

Una tormenta en Las Vegas llevó a la cancelación de uno de los acontecimientos de la moda más esperados del año, pero a pesar de esto las estrellas lucieron sonrientes sus galas en el interior del hotel y casino Mandalay Bay.

«Por las condiciones del clima hemos acomodado a todos los medios de comunicación posibles dentro del centro de medios en el edificio para que todos tengan la oportunidad de obtener la cobertura de los nominados, presentadores y artistas para la 14ta entrega anual del Latin Grammy», dijeron en una declaración conjunta la Academia Latina de la Grabación y la cadena Univisión.

A su paso por la sala de prensa, que se convirtió improvisadamente en el lugar donde pudieron lucir sus trajes de noche, los artistas mostraron su buen ánimo.

«Agua es bendiciones y la música no la para nadie», dijo al llegar Ricky Martin, ataviado con un elegante frac negro con discretos estampados, solapa satinada y corbata de moño.

Martin encabezó una noche en la que los hombres no escatimaron en arriesgarse por medio de las texturas.

El peruano Gian Marco hizo una oda, no tan acertada, a la moda de su país al lucir de pies a cabeza creaciones de su compatriota Sergio Dávila, quien confeccionó una chaqueta negra de cuero con cierres dorados entreabiertos a la altura de la cintura que pudo haber funcionado para arropar un espíritu juvenil, pero que se vio fuera de lugar al ser combinada con un camisa y pantalón en tono gris y una pajarita.

Por su parte, Miguel Bosé demostró que lo clásico siempre está de moda y sin mayor esfuerzo logró una imagen impecable al optar por pantalones negros, camisa blanca un saco color vino en jacquard y una corbata de moño.

La española India Martínez también adoptó esa simpleza y sin mayor esfuerzo logró una pulida elegancia al llegar con un traje de noche largo tipo halter, un escote con la profundidad adecuada y una torera con aplicaciones de pedrería en las mangas. A ello se sumó una perfecta cabellera suelta y el clásico toque de labial rojo.

Lucero, la presentadora de la velada, llegó ataviada con un vestido largo color marfil que le dejaba un hombro al descubierto, diseñado por el venezolano Nicolás Felizola.

La estrella mexicana vio la tormenta como un augurio. «Es una buena señal de bendiciones, de luz, de cosas buenas», dijo. Y agregó que para lograr su estilo se preparó muy rápido: «Sólo me puse gloss».

Roselyn Sánchez demostró que el aguacero no era motivo para escatimar y lució un traje metálico sin tirantes.

Paquita la del Barrio, con una falda negra y una camisola a rayas amarillas, anaranjadas, blancas y negras, se tomó el cierre de la alfombra verde con humor.

«Yo siempre digo que a donde llego llueve, así que échenme la culpa a mí», dijo la intérprete de «Rata de dos patas».

La ausencia de la alfombra no demeritó los ánimos de algunas figuras que lucieron atuendos estrafalarios, como el de Z LaLa, quien ofreció un toque a la Lady Gaga al llegar vestida con un look confeccionado con tiras de efecto holográfico y un maquillaje muy cargado.

El atuendo futurista lo completó con un tremendo peinado tridimensional en el que su larga cabellera teñida de azul envolvía siete esferas.

Natalie Cole apostó por esa misma tendencia y aunque menos cargada, su traje de noche en un tono naranja intenso destacó por elevados hombros, que opacaron lo que pudo haber sido un adecuado equilibrio entre la sensualidad de una apertura a la altura del muslo.

Como consuelo los admiradores apostados afuera del Mandalay Bay pudieron seguir a sus artistas favoritos por televisión o internet.

Es la primera vez que se cancela la alfombra verde de los Latin Grammy.