Para sensibilizar al mundo de los horrores de la guerra, los artistas sirios han reinterpretado las imágenes del conflicto con pokémones llorando entre ruinas o junto a yihadistas, inspirándose en Pokémon Go.

Es el caso de las fotos en las que aparecen niños sirios con una pancarta con una de las criaturas imaginarias y un mensaje pidiendo ayuda para que los salven de esta guerra que ha dejado más de 280.000 muertos y ha provocado el éxodo de más de la mitad de la población.

«Soy de Kafranbel, sálvame», afirma una de las pancartas donde aparece Pikachu. Esta localidad, situada en Idleb (noroeste), una provincia en manos de la rama siria de Al Qaeda y de sus aliados rebelde, ha sido bombardeada a menudo por los aviones del régimen sirio y de su aliado ruso.

Por su parte, el joven diseñador gráfico y de páginas web sirio Saif Aldeen Tahhan, residente en Dinamarca, ha creado por unas fotografías en las que en vez de personajes como Pikachu aparece un oso de peluche cerca de un cuerpo sin vida, un libro en una clase destruida por las bombas o un salvavidas flotando cerca de una lancha neumática llena de refugiados.

«Espero que el mensaje alcance al mundo entero y que los sirios puedan estar seguros en todas partes y para siempre», escribió en su página de Facebook.

El viernes, el artista y fotógrafo sirio Khaled Akil publicó en su blog fotografías de prensa modificadas donde aparecía el pokémon Charizard sobre un tanque de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) y Pikachu, triste, cerca de un coche calcinado.

La guerra de Siria comenzó en marzo de 2011 después de que el régimen reprimiera violentamente las manifestaciones que reclamaban reformas. Se acabó convirtiendo en un complejo conflicto en el que están implicados actores sirios, regionales e internacionales así como grupos terroristas, como el Estado Islámico (EI)

El EI es uno de los grupos que más ha sabido utilizar la tecnología moderna y las redes sociales para esparcir su mensaje y reclutar combatientes, la mayoría de estos extranjeros.

El EI tiene un discurso consistente en plataformas como Youtube, Instagram, Twitter y Facebook: Occidente tiene la culpa de todo, ven y te unes a nosotros, repartimos helados para los niños en Raqqa (Siria), una ciudad como ninguna otra (así en ella se decapiten personas y se azoten mujeres, entre otras singularidades).

Además de los videos de combates, que incluyen un documental de una hora titulado “Las llamas de la guerra”, el EI publica activamente material en el que Grand Theft Auto deja de ser un videojuego (sin mucho gusto y sensibilidad, es cierto) para convertirse en material de reclutamiento para extremistas. Y, claro, no estaríamos hablando de impacto masivo y de contenido viral en internet si no hubiera gatos en la ecuación, por lo que en #catsofjihad solían encontrarse memes de gatos promoviendo la causa del Estado Islámico. Toda la incoherencia en línea transformada en una herramienta de propaganda terrorista.

Por eso resulta apenas normal que parte de la resistencia y la respuesta a la guerra en Siria también se nutra de este tipo de herramientas para llamar la atención de la comunidad internacional.

Y en la actualidad quizá no haya un vehículo mejor dotado para esta tarea que Pokémon Go, juego que se ha convertido en una sensación mundial rompiendo el paradigma clásico de los videojuegos: preferiblemente jugarlo sentado.

Hasta hoy, el juego ha disparado las acciones de Nintendo, por un lado, pero también ha llevado a que autoridades de todo el planeta emitan alertas e instrucciones de seguridad para no terminar jugando en bases militares o en la mitad de una concurrida avenida.