La Navidad, fiesta originalmente destinada a celebrar el nacimiento anual de Jesús, es el nacimiento del Niño Dios que vino para redimir al mundo. Significa abrir nuestros corazones a quienes necesitan nuestra ayuda; y no esperar a que nos la pidan para ofrecerla, el mundo da muchas vueltas y puede ser que mañana tú te encuentres en una situación difícil, y por añadidura tendrás a alguien que te tienda la mano.

El verdadero significado de la Navidad es uno solo: Jesucristo. Él vino al mundo con un solo propósito: entregar su vida y morir por nuestros pecados. El salvador entraba al mundo, en un humilde pesebre pero con un destino glorioso. Él venía por ti y por mí. Él es el regalo de Navidad, el camino que te lleva al Padre, el don celestial.

Cualquiera sea la forma que elijamos para celebrar esta fiesta, nos veremos envueltos en este espíritu único que gira alrededor del mundo entero durante el mes de diciembre. «Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: “Consejero admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la Paz”. (Is 9, 5). «De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: “Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la Tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia”. (Lc. 2, 13-14). Como dijo el Santo Padre Juan Pablo II:

«Jesús nace para la humanidad que busca libertad y paz; nace para todo hombre oprimido por el pecado, necesitado de salvación y sediento de esperanza. Por eso también es preciso que hagamos otra reflexión, ligada al verdadero propósito de la Navidad. Esta fiesta tiene un efecto: Recordar el inicio de la redención con el Nacimiento del Salvador, el misterio central de nuestra fe es la Resurrección de Cristo, la Pascua, como este suceso abarca toda la vida de Jesús, celebrar la Navidad es solemnizar el proceso inicial de nuestra salvación, de nuestra Pascua. 

Acoger ahora al Señor que quiere nacer en el corazón del hombre. La fiesta de Navidad invita a reflexionar sobre el amor de Dios que viene a los hombres. El Cristo que tomó parte en la historia de los hombres, hace dos mil años, vive y continúa su misión salvadora dentro de la misma historia humana. Navidad es un acontecimiento divino y humano, que será siempre actual, mientras haya un hombre en la Tierra. La Navidad enriquece la visión del plan salvífico de Dios y lo hace más humano.