Los rusos recibieron sin sobresaltos el anuncio de una nueva candidatura presidencial de Vladimir Putin en 2012, aunque algunos responsables criticaron la decisión de cambiar su actual puesto de primer ministro con el presidente Dimitri Medvedev.

La manifestación de protesta convocada por la oposición reunió apenas a unas 300 personas, confirmando su escaso poder de convocatoria, debido en parte a la falta de medios para difundir sus posiciones, y la fuerte popularidad de Putin.

El actual jefe de gobierno anunció el sábado su intención de volver a ser presidente después de los comicios de marzo de 2012.

También precisó que en esa oportunidad nombrará primer ministro a Dimitri Medvedev, el hombre que designó en 2008 para sucederlo en el Kremlin, pues no podía presentarse a un tercer mandato consecutivo.

Teóricamente, el hombre fuerte de Rusia podría, gracias a una reforma constitucional que prolonga el mandato presidencial de cuatro a seis años, permanecer en la presidencia hasta 2024.

Si bien esta decisión no transforma la situación política, dado que Putin seguía siendo el personaje central del régimen, algunos altos responsables manifestaron su desacuerdo con este plan, en particular el ministro de Finanzas, Alexei Kudrin, adalid del control de los gastos y figura respetada por los inversores extranjeros.