Socorristas buscaban víctimas el miércoles entre escombros retorcidos mientras los investigadores tratan de determinar por qué un tren de Amtrak se descarriló lo que causó la muerte de al menos siete personas, más de 200 heridos y pasajeros aterrorizados en medio de la oscuridad y el caos.

Un video analizado por The Associated Press poco antes del choque indica que el tren viajaba a cerca de 170 kilómetros por hora (107 millas por hora) al aproximarse a una curva cuando el límite de velocidad era de 80 kilómetros por hora (50 millas). El video muestra que el tren, de una longitud de 200 metros (662 pies), pasa frente a la cámara de vigilancia en apenas cinco segundos.

El video se reproduce a menor velocidad de la real por lo que al ajustar eso se calculó que la velocidad era cercana a 170 kilómetros por hora. Una luz producida al parecer por una explosión se aprecia unos tres segundos después de que el tren pasa.

Los investigadores ya encontraron las cajas negras del tren donde están guardados los datos y esperan obtener de ellas información crucial, como la velocidad a la que iba cuando transitaba por una curva en un vecindario industrial cerca del río Delaware poco después de las 9 de la noche del martes.

«Es una escena devastadora. Hay muchos socorristas ahí. Están examinando equipo, viendo si hay más personas en los vagones», informó Robert Sumwalt, de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte.

El alcalde Michael Nutter informó que todavía hay personas desaparecidas y que la cifra de fallecidos podría aumentar. También indicó que algunos pasajeros que aparecen en la lista de viajeros de Amtrak posiblemente no abordaron el tren, mientras que otros tal vez no se registraron.

Entre los fallecidos está Jim Gaines, quien trabajaba para The Associated Press como arquitecto de software de video. Gaines, quien había sido galardonado, tenía 48 años y trabajaba con la agencia desde 1998. Había viajado a Washington y regresaba a casa en Plainsboro, Nueva Jersey.

Paul Cheung, un gerente de AP, iba viendo un video en su laptop cuando repentinamente «el tren comenzó a desacelerar, como si alguien hubiera golpeado el freno». Señaló que de un momento a otro «vi cosas volando sobre mí». Dijo que otro pasajero le había instado a escapar por la parte trasera del vagón, cosa que hizo. Otros pasajeros trataban de salir por las ventanas de los vagones volcados, dijo.

«La parte delantera del tren está muy dañada», comentó. «Se ve como auténtica chatarra. Todo es como un montón de metal».

Otro de los fallecidos es un cadete de la Armada, cuyo nombre no se ha difundido. La identidad de los demás fallecidos tampoco se ha informado.

Muchos sobrevivientes tuvieron que escapar por las ventanas de los carros volcados; uno de los siete vagones quedó completamente destrozado.

El accidente cortó la ruta ferroviaria más transitada del país, entre Nueva York y Washington, mientras los investigadores federales trabajan.

El tren 188 del servicio rápido Northeast Regional viajaba de Washington, D. C. a Nueva York cuando descarriló poco después de las 9 de la noche del martes. A bordo había 238 pasajeros y cinco tripulantes, indicó la compañía ferroviaria Amtrak.

Los siete vagones y la locomotora mostraban daños de diverso grado, señaló el alcalde Nutter. Algunos vagones estaban «totalmente volteados, de lado, desgarrados».

Más de 200 personas fueron trasladadas a hospitales para ser atendidas o evaluadas y seis estaban heridas de gravedad.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte ya formó un equipo de investigación. La Administración Federal de Ferrocarriles señaló que enviaría al menos ocho investigadores; agregó que el límite de velocidad es de 112 kilómetros por hora (70 millas) poco antes de la curva y de 80 km (50 millas) en ella.

«Es una escena devastadora aquí», dijo Nutter. «Caminamos toda la longitud del tren, y la locomotora se separó por completo del resto del tren, y uno de los vagones está perpendicular a los demás. Es increíble».

La pasajera Gaby Rudy, de 18 años y procedente de Livingston, Nueva Jersey, volvía a casa desde la Universidad George Washington cuando se produjo el siniestro. Estaba durmiendo, señaló, cuando de pronto sintió que el tren «caía de la vía».

Los minutos siguientes estuvieron llenos de cristales rotos y humo, dijo Rudy, que sufrió lesiones menores. «Nos dijeron que teníamos que correr lejos del tren por si viniera otro tren», dijo.

Otro pasajero, Daniel Wetrin, estaba entra las decenas de personas trasladadas después a una escuela primaria.

«Creo que el hecho de que saliera andando lo hace aún más surrealista porque mucha gente no salió caminando, dijo. «Salí caminando como si estuviera en una película. Había gente de pie, gente con el rostro ensangrentado. Había gente, sillas, mesas rotas por el compartimento (…) cables eléctricos tirados por el suelo cuando salías del tren».

Las carreteras en torno al lugar del accidente quedaron cortadas. Equipos de bomberos seguían acudiendo a los vagones, sacando a los pasajeros.

Varios heridos, entre ellos un hombre que se quejaba de dolor en el cuello, fueron trasladados en camillas. Otros salieron tambaleándose de los vagones, y subidos a autobuses municipales.

El ex legislador Patrick Murphy viajaba en el tren y dijo haber ayudado a personas. Difundió por Twitter fotografías de bomberos que socorrían a pasajeros en los vagones afectados.

«Oremos por los heridos», agregó.

La zona se conoce como Frankford Junction y tiene una gran curva en la vía. No está lejos de otro punto donde se produjo uno de los accidentes ferroviarios con más muertos del país: el descarrilamiento en 1943 del Congressional Limited, que iba de Washington a Nueva York, y en el que murieron 79 personas.

Todo el tráfico ferroviario en el transitado recorrido Nordeste entre Nueva York y Filadelfia quedó suspendido, indicó Amtrak.

«No hay ninguna circunstancia en la que pueda haber servicio de Amtrak esta semana a través de Filadelfia», dijo el alcalde de la ciudad, señalando a los daños en las vías y los cables.

El descarrilamiento se produjo en Port Richmond, uno de los cinco barrios de los que se conoce como los River Wards de Filadelfia, densos barrios de casas adosadas ante el río Delaware.