Rusia y Ucrania se aprestan a firmar un acuerdo en Estambul para reanudar la exportación de granos y aliviar la grave crisis alimentaria mundial, un avance diplomático en este conflicto que continúa en el terreno con la fuerte ofensiva de Moscú en el este ucraniano. Este es el primer acuerdo importante firmado por ambas partes desde que Rusia invadió Ucrania, el 24 de febrero, y fue impulsado por la mediación de la ONU y de Turquía.

Los beligerantes van a sellar el compromiso este viernes a las 13H30 GMT con la presencia del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en el palacio de Dolmabahçe de Estambul, indicaron las autoridades turcas. Según Ankara, este documento permitirá la salida por el mar Negro de los granos ucranianos bloqueados por la guerra y un alivio de las restricciones a los transportes de alimentos y forraje producidos por Rusia.

Ucrania reaccionó con prudencia ante el anuncio. “La delegación ucraniana solamente va a apoyar las soluciones que garanticen la seguridad de las regiones del sur de Ucrania, una posición fuerte de las fuerzas armadas ucranianas en el mar Negro y la exportación de forma segura de los productos agrícolas ucranianos”, afirmó a la AFP el portavoz del ministerio ucraniano de Relaciones Exteriores, Oleg Nikolenko.

En declaraciones recientes, se conoció que Ucrania sólo firmará el acuerdo sobre el desbloqueo de las exportaciones de cereales con la ONU y Turquía, y tendrá una “respuesta militar” en caso de una “provocación” rusa tras este convenio, dijo un asesor presidencial ucraniano. En palabras de Mijailo Podoliak, “Ucrania no va a firmar ningún documento con Rusia. Firmamos un acuerdo con Turquía y la ONU y nos comprometemos con ellos. Rusia firmará un acuerdo espejo” con esas dos partes. Además, advirtió que cualquier “provocación” rusa después del acuerdo recibiría una “respuesta militar inmediata”.

Rusia aseguró que es “muy importante” permitir la exportación de los granos bloqueados en los puertos ucranianos. “Se trata de una parte relativamente modesta de cereales ucranianos, pero es muy importante que (…) lleguen a los mercados internacionales”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Estados Unidos saludó el acuerdo e instó a Rusia a respetarlo de buena fe. “En primer lugar, nunca debimos haber llegado a esta situación”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, que acusó a Rusia de usar los alimentos como un “arma”. En el terreno, plantea la duda de que un eventual acuerdo se cumpla.

Para Mykola Zaveruja, un agricultor ucraniano que tiene cerca de 13.000 toneladas de granos por exportar en la zona de Mykolaiv, este anuncio le da “esperanza”, aunque afirma que “no se puede creer lo que dicen los rusos”. “Rusia es poco fiable, lo ha demostrado año tras año”, afirmó.

Riesgos en la central nuclear de Zaporiyia

Pese al avance de la diplomacia, en el terreno sigue la guerra y las fuerzas rusas mantienen una tenaz ofensiva para avanzar en la región de Donetsk, en el este. La Presidencia ucraniana anunció que cinco personas murieron y diez fueron heridas en esta zona en las últimas 24 horas.

El jueves, un bombardeo ruso contra Járkov (la segunda ciudad más importante de Ucrania) dejó tres muertos y 23 heridos. En Kramatorsk, en el Donbás (este), una escuela fue destruida ese mismo día en un ataque que dejó un muerto y dos personas atrapadas en los escombros. Según las autoridades ucranianas, el recinto era utilizado para guardar ayuda humanitaria.

Esta semana, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, señaló que los objetivos de Moscú no se limitan “únicamente” al este de Ucrania, una región controlada parcialmente por separatistas prorrusos desde 2014.

Al inicio de la invasión, lanzada el 24 de febrero, las tropas rusas se acercaron rápidamente a las puertas de la capital (Kiev), sin conseguir tomarla, y desde finales de marzo reorientaron la ofensiva en el Donbás. Los rusos lograron avanzar por esta zona minera e industrial y tomaron Severodonetsk y Lysychansk, lo que les abrió el camino para intentar conquistar las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk, más al oeste.

Según Ucrania, Rusia almacena armas pesadas y municiones en el sitio de la central nuclear ocupada de Zaporiyia (sur), la más grande de Europa y bajo control de las fuerzas del Kremlin desde marzo, lo que encendió las alarmas sobre el riesgo de un incendio o una explosión.

Rusia, por su parte, denunció que las fuerzas ucranianas realizaron ataques con drones esta semana “a pocas decenas de metros de estructuras vitales para la seguridad de la central”.

15.000 soldados rusos muertos

La oenegé Human Rights Watch (HRW) acusó a las tropas rusas de tortura, de detenciones ilegales y de la desaparición forzada de civiles en el sur de Ucrania.

En una entrevista exclusiva con la AFP, Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia y principal aliado de Rusia, urgió a Occidente, a Moscú y a Kiev a negociar para evitar avanzar hacia un “precipicio” nuclear.

Unos 15.000 soldados rusos han muerto en Ucrania desde el inicio de la guerra, según estimaciones de los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses. “Es, aproximadamente, el mismo número que perdieron en 10 años en Afganistán en la década de 1980″, dijo Richard Moore, jefe del MI6 británico.

En el plano cibernético, las autoridades de las dos regiones separatistas anunciaron que decidieron bloquear el buscador estadounidense Google por promover “la violencia contra los rusos”. Y en el crucial sector energético, Europa respiró después de que Rusia volviera a abrir su flujo de gas a través de Nord Stream, tras una suspensión de operaciones por mantenimiento.