El Gobierno de Estados Unidos anunció hoy que enviará una nueva ayuda de 100 millones de dólares para ayudar a la oposición siria a fortalecer instituciones locales o mejorar las infraestructuras de agua y luz, indicó el secretario de Estado adjunto, Tony Blinken.

Con estos nuevos fondos, Washington ya ha proporcionado 500 millones de dólares a la oposición moderada al régimen de Bachar al Asad desde 2012.

Durante un evento en el centro de estudios «Manama Dialogue», en Washington, Blinken anunció los nuevos fondos destinados a reforzar las instituciones locales y provinciales, fortalecer la respuesta de los servicios de emergencia y ayudar a los activistas de la sociedad civil.

Según apuntó el Departamento de Estado en un comunicado, parte de esta nueva ayuda incluye una contribución adicional de 15 millones de dólares para el Fondo de Recuperación de Siria (SRTF, por su sigla en inglés) mediante el que 14 países canalizan sus contribuciones para ayudar a los sirios.

A través de esta alianza, en los últimos dos años, las naciones donantes han podido sacar adelante hasta 20 proyectos que han beneficiado a dos millones de sirios que viven en las zonas controladas por la oposición moderada y que han visto mejoras en su acceso a la salud, alimentos y electricidad, indicó el Departamento de Estado en su nota.

Este nuevo envío de fondos para la oposición coincide con el cambio de estrategia de EE.UU. en el conflicto sirio y la entrada en escena, hace apenas un mes, de Rusia que con sus fuerzas ha dado apoyo al régimen del presidente Asad y atacando a todos los opositores, incluidos los insurgentes del Estado Islámico (EI).

Esta semana, el Gobierno de EE.UU. cambió el rumbo de su política en Siria al autorizar el despliegue de tropas (50 miembros de las fuerzas especiales) que, en el norte del país, asesorarán a lo combatientes de la oposición moderada sobre cómo luchar contra el Estado Islámico.

El conflicto que vive Siria desde marzo de 2011, cuando surgieron una serie de protestas contra el Gobierno de al Asad, ha dejado más de 250.000 muertos y 13 millones de refugiados, una ola de desplazados sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).