El Estado federado de Berlín sufre un desempleo del 13,3 por ciento (el doble que la media de Alemania), la quinta parte de sus habitantes vive de las ayudas sociales, sus colegios están entre los peores de la República Federal… Pero el socialdemócrata Klaus Wowereit sigue saliendo victorioso en las urnas una y otra vez. ¿Por qué? Simplemente, porque a los berlineses le encanta.

«Soy gay y eso está bien», dijo en 2001, cuando comenzó su andadura como gobernador-alcalde de Berlín. «La capital alemana es pobre pero sexy», afirmó dos años después. «Wowereit y Berlín son una buena combinación», sentenció este verano.

Nacido en Berlín Oeste en 1953, el socialdemócrata se ha dejado ver en múltiples fiestas con su pareja, el neurólogo Jörn Kubicki, aunque últimamente evita que se le vea demasiado de jarana, ya que se estaba empezando a ganar fama de juerguista empedernido.

Criado por su madre y junto a cuatro hermanos, Wowereit encaminó sus estudios para ser político. Estudió Derecho en la Universidad Libre de Berlín y se apuntó a las filas del Partido Social Demócrata alemán (SPD), donde tiene una fuerte proyección y muchos le ven como su candidato a las elecciones legislativas de 2013.