Yoon Suk Yeol, presidente de Corea del Sur, emprendió viaje hacia Estados Unidos, donde llevará a cabo una visita de Estado que reafirmaría la alianza entre Washington y Seúl, en momentos en los que los dos países buscan fortalecer su cooperación militar frente a Corea del Norte, pero también cuando ha habido tensiones entre ellos por cuenta de la filtración de unos documentos del Pentágono que sugieren que Estados Unidos espió a algunos de sus aliados, incluidos Corea del Sur e Israel.

En un comunicado de marzo, Karine Jean-Pierre, secretaria de prensa de la Casa Blanca, dijo que la visita “destacaría la importancia y la fuerza perdurable de la férrea alianza entre Estados Unidos y la República de Corea, así como el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la República de Corea”. Según ella, el encuentro buscará “profundizar y ampliar nuestros lazos políticos, económicos, de seguridad y entre pueblos”.

De hecho, el viaje de Yoon incluye una cumbre con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que tomará lugar el miércoles, a propósito de que los lazos entre los dos países cumplen 70 años. “Los líderes pasarán mucho tiempo juntos en el transcurso de numerosos actos (para) celebrar los logros de la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos en los últimos 70 años, e intercambiar puntos de vista en profundidad sobre el futuro de la alianza”, declaró a la prensa el viceconsejero principal de Seguridad Nacional, Kim Tae-hyo, antes de que iniciara el viaje presidencial.

Sumado a lo anterior, a principios de abril, un grupo bipartidista de líderes del Congreso estadounidense invitó al presidente surcoreano a hablar ante una sesión conjunta del Legislativo. La invitación fue extendida a Yoon por el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, y el líder demócrata en la Cámara, Hakeem Jeffries. Los congresistas dijeron que la visita de Yoon reafirmaría el “compromiso compartido de los países con la democracia, la prosperidad económica y la paz mundial”.

Ahora bien, aunque la visita se da después de que las fuerzas estadounidenses y surcoreanas llevaran a cabo los ejercicios militares más grandes en cinco años en la parte sur de la península, de cara a los lanzamientos de misiles que ha hecho Corea del Norte, recientemente han crecido tensiones entre Washington y Seúl. Los documentos filtrados del Pentágono, incluidos algunos aparentemente basados en discusiones internas entre los principales funcionarios de seguridad del país asiático, afirman que Seúl estaba preocupada de que los proyectiles de artillería con destino a Estados Unidos eventualmente pudieran llegar a Ucrania, violando su política de larga data de no exportar armas a países en guerra.

Los documentos, que citaban un informe de inteligencia de señales, decían que el entonces director del NSC, Kim Sung-han, sugirió la posibilidad de vender 330.000 rondas de municiones de 155 mm a Polonia, ya que llevar las municiones a Ucrania rápidamente era el objetivo final de Estados Unidos. Ahora bien, Seúl no ha proporcionado armas directamente a Ucrania, aunque ha enviado ayuda humanitaria y se ha sumado a las sanciones económicas en contra de Rusia. Además, de acuerdo con una encuesta realizada por Gallup Korea en junio pasado, la mayoría de los surcoreanos creen que el gobierno debería proporcionar solo ayuda no letal a Ucrania.

Tras lo sucedido, los legisladores de la oposición en Seúl criticaron la filtración de los documentos y describieron lo sucedido como “una violación de seguridad a gran escala”, además de que acusaron a Washington de “violar la soberanía” de un aliado clave. “Si es cierto que nos han espiado, es un acto muy decepcionante que socava la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos, que se basa en la confianza mutua”, aseguró Lee Jae-myung, líder del Partido Demócrata, ante unos periodistas el 11 de abril.

Ahora bien, consultado por esas mismas fechas, Bong Young-shik, analista del Instituto Yonsei de Estudios de Corea del Norte de Seúl, le dijo a la Associated Press (AP): “No se esperan grandes daños en la ruta Corea-Estados Unidos, ya que parece que ambos gobiernos comparten la opinión de que se centrarían en la alianza, más concretamente en una visita de Estado exitosa de Yoon”.