El martes 23 de agosto se celebra el Día Internacional de Recuerdo del Comercio de Esclavos y su Abolición, instituido por la Unesco en el año 1997, para recordar la magnitud de una tragedia practicada durante tantos siglos y que, a pesar de la abolición legal, sigue siendo una realidad con la trata y tráfico de personas.

«La trata de personas es la esclavitud de los tiempos modernos; consiste en el reclutamiento, alojamiento, transporte y comercio de una persona con el propósito de ser explotada sexualmente o en trabajo forzado. Casi 4 millones de personas son esclavizadas cada año por este negocio que mueve entre 7 y 10 billones de dólares. Es el movimiento ilegal de personas entre países con el consentimiento de los trasladados, a cambio de promesas de trabajo y mejores condiciones de vida, que nunca llegan», informa el sitio manosunidas.org.

Secuestros, compra y venta de niños, niñas y mujeres para la prostitución, trabajo forzado, rapto de niños y adiestramiento para la guerra, matrimonios impuestos, servidumbres por deudas «son las maneras de los nuevos traficantes de esclavos» se lee en el sitio.

La esclavitud fue declarada «crimen contra la humanidad» en el año 2001 por la Conferencia Mundial contra el Racismo. Pero la esclavitud no ha desaparecido, sigue practicándose bajo las nuevas formas de trata de personas y tráfico humano.

Según datos de las Naciones Unidas, en América Latina, Brasil es uno de los países con mayor exportación de mujeres, 75.000 al año en los estados de Goiás, Río de Janeiro y Sao Paulo.