La casa estaba vacía, pues los inquilinos se fueron en agosto, poco después que las autoridades emitieron varias advertencias.

HONOLULU, Hawái — La lava ha reptado lentamente hacia las comunidades de Hawái durante meses, pero el flujo de roca ardiente tomó apenas 45 minutos para quemar una casa vacía.

Los bomberos estuvieron presentes para frenar cualquier incendio forestal mientras las llamas consumían el lunes una estructura de 1,100 pies cuadrados. Un familiar del dueño de la casa grabó la destrucción en video, con un iPhone.

Se trató de la primera casa reducida a cenizas por el flujo de lava que brota del volcán Kilauea, en la Gran Isla, y del que los científicos han alertado a los residentes desde agosto. Y posiblemente no sea la última.

La casa más cercana está a menos de un kilómetro, dijo el director de defensa civil del condado Hawái, Darryl Oliveira. Un garaje y un granero cercanos a la casa destruida podrían también ser reducidos a cenizas pronto, dijo el funcionario.

El magma comenzó a fluir en junio y entró a Pahoa, el poblado más grande de la Gran Isla y al distrito agrícola de Puna, el 26 de octubre. Desde entonces, la lava ha arrasado con parte de un cementerio y quemó un cobertizo. También ha quemado neumáticos, algunos materiales de metal y mucha vegetación en su recorrido.

El condado calcula que el valor de la casa destruida era de unos 200.000 dólares, de acuerdo con Oliveira. Los inquilinos se fueron en agosto.

El frente del río incandescente se detuvo el 30 de octubre y permaneció a unos 150 metros de la carretera principal de Pahoa Village.

El personal de auxilio ha estado trabajando en rutas alternativas que serán usadas para cuando la lava llegue a la autopista 130, considerada vital para Puna.